Expropiado a fines de la década del 70, la reconstrucción del Estadio Comuneros parece cada vez más lejana, más allá de las promesas y los documentos firmados que avalan la apertura de obras. Casi 50 años después, la deuda con el baloncesto, y todo el deporte nacional, sigue sin honrarse.
Templo del deporte guaraní. Donde Paraguay logró su histórico primer título en selecciones a nivel de mayores y, además, se gestaron las mayores proezas del amateurismo nacional. Y no solamente eso, también destacó en el área artística siendo escenario para grandes músicos y artistas de la rica historia paraguaya. El campeonato de básquet femenino de 1952, el doble de Edith Nunes para ganarle a Brasil en el ’62, los combates de box de Kid Pascualito y muchos otros momentos inolvidables que se dieron en esa suerte de catedral del deporte nacional.
Hasta que llegó la tormenta que paró la alegría. Un fuerte temporal derrumbó parte del emblemático recinto y el dictador Alfredo Stroessner; que veía con malos ojos la aglomeración de gente cerca del Palacio de Gobierno; aprovechó el infortunio para apagar sus luces y callarlo para siempre. Injustamente clausurado el 26 de enero de 1978.
Desde entonces el deporte amateur en Paraguay no volvió a ser el mismo; especialmente el básquetbol. El cesto nacional perdió su casa y no es casualidad que desde ese entonces ya no haya conseguido títulos internacionales; una cosa está ligada a la otra. Uno sin casa, sin donde establecerse, no puede crecer ni evolucionar. Vagando cual nómada en busca de la tierra prometida, el baloncesto ya no encontró alegrías. Y ya van casi cincuenta años.
Durante mucho tiempo las autoridades hicieron oídos sordos a los reclamos de la nación basquetera para el resarcimiento de un nuevo predio donde construir el renovado Estadio Comuneros. Las promesas volaban con el viento y no existía nada concreto sobre el tema. Con la intendenta Evanhy de Gallegos se estuvo muy cerca a fines de la primera década del nuevo siglo, pero al final nada ocurrió.
El primer paso está dado
Recién hace un par de años, en diciembre de 2022, el actual Intendente de Asunción Oscar Rodríguez firmó los documentos que otorgaban a la Confederación Paraguaya de Básquetbol un predio sobre la costanera de Asunción, a 800 metros del Puente Héroes del Chaco.
Sin embargo, y más allá de la alegría por haber conseguido el objetivo después de 45 años de lucha, dos años después de la firma todavía no se ve ni un solo ladrillo del nuevo Comuneros. Ya se dio el primer paso, pero aún falta mucho para terminar de saldar esa imborrable deuda del gobierno con el baloncesto nacional.
La odisea del Estadio Comuneros; como una historia griega de antaño, pero aquí, en Asunción del Paraguay.
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