Académicamente impracticable es todo surrealismo electoral, pero en las últimas dos semanas la realpolitik de los EE.UU. ha sido tremendamente interesante y, al mismo tiempo, muy estresante para los más fanáticos seguidores electorales. Es el tiempo exacto para las teorías conspirativas, ya que lo insólito e imprevisible se está cumpliendo de una manera extraordinaria y exquisita, como las profecías de Los Simpson. Esto genera la posibilidad de que la vicepresidenta Kamala Harris sea la sucesora del presidente Biden.
El eclecticismo surrealista nos permite jugar con una combinación de elementos de diversos estilos, ideas o posibilidades. Si tuviéramos que sistematizar, sería imposible, ya que lo mágico y lo científico no son conceptos concurrentes. Pero trataré de elevar esta propuesta a un sabio alquimista: tú, mi amigo lector.
Profecías, algoritmos combinados y un escenario volátil han sido materializados en 76 encuestas de diferentes disciplinas científicas. Increíblemente, estas arrojan un resultado asombroso. En un promedio general, Trump aventaja a Kamala por un 2,5%, y como varias de las encuestas contaban con un margen de error del 3%, el resultado es un empate. Si planteamos una hipótesis de lo que podría ocurrir el 5 de noviembre, solo estaríamos aproximándonos al 50%, lo cual es impracticable científicamente.
Todo lo sucedido en los últimos días acelera nuevas especulaciones, y las predicciones sobre el futuro inmediato en la política americana son una deliciosa interrogante. Los republicanos se sentían victoriosos luego del atentado fallido al candidato Trump. Por su parte, Biden, disparándose al pie, giró el timón y los vientos del huracán Harris soplan con intensidad. Qué lindo se pone el panorama, su majestad la incertidumbre es la invitada oficial. No nos queda más que seguir hurgando y observando este fantástico juego entre lo virtual y lo real, donde los astros, los guionistas de la serie americana y la vulnerabilidad de la seguridad personal de los candidatos son los actores de esta azarosa historia.
Veremos qué ocurre, ya que lo imprevisible está más presente que en ningún momento de la historia constitucional de EE.UU., y cuando esta circunstancia se hace presente, ¡todo es posible y nada es imposible! El surrealismo ecléctico electoral es más real que nunca. Los estrategas y analistas políticos observan a las estrellas como en la antigüedad, mientras que nosotros simplemente esperamos nuevas señales de este acertijo fascinante que nos regala la política de los Estados Unidos de Norteamérica.