En un fallo histórico que marca un precedente en la lucha contra el abuso sexual infantil, el Tribunal de Sentencia de la capital, llegó a la condena de 28 años de prisión a un hombre de 54 años por haber abusado sexualmente de sus sobrinos nietos, una niña de 6 años y un niño de 11 años, en el año 2018.
La sentencia, dictada por el juez Juan Francisco Ortiz e integrada por los magistrados Lourdes Garcete y Rossana Maldonado, es la más alta impuesta en Asunción por un delito de esta naturaleza y marca un récord, nunca antes visto en cuanto a condenas por este tipo depravación.
Quien tuvo la condena es un familiar directo
El ahora condenado, que por cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez se omitió la identificación, es el tío abuelo de las víctimas, quienes hoy tienen 12 y 17 años. Los hechos, que ocurrieron entre enero y mayo de 2018, dejaron secuelas psicológicas irreversibles en ambos menores, según el informe de la psicóloga que los evaluó.
Por parte del Ministerio Público, el fiscal Marcial Machado Orihuela, fue el encargado de llevar adelante la investigación y sostener la acusación durante el juicio oral y público.
El mismo, destacó la importancia de la denuncia inmediata realizada por la madre de la niña, lo que permitió actuar con celeridad y recabar pruebas contundentes, como las lesiones físicas detectadas en la zona anal de la menor y los testimonios recogidos a través de la cámara Gessel, una herramienta clave para proteger a las víctimas durante las declaraciones.
Grave traición a la confianza
El condenado, quien era hermano del abuelo de las víctimas, gozaba de la confianza total de la familia. Este vínculo le permitía participar en el cuidado de los niños, aseándolos, vistiéndolos y atendiéndolos en diversas ocasiones.
Sin embargo, aprovechó esa cercanía para cometer actos aberrantes. Según la investigación, el hombre no solo abusó sexualmente de los menores, sino que también los expuso a material pornográfico en múltiples ocasiones, según investió el alto funcionario de la Fiscalía.
El fiscal Machado relató que el acusado llegó a tener coito con una de las víctimas y realizó otros actos sexuales contra ambos niños.
“El daño provocado en las víctimas es irreversible”, afirmó la psicóloga durante el juicio, subrayando el profundo trauma emocional que estos hechos causaron en los menores.
Imponente condena y muy satisfactoria
La condena de 28 años no solo refuiere a la gravedad de los delitos cometidos, sino también el compromiso del sistema judicial para sancionar cada vez con más rigor este tipo de crímenes.
Machado destacó que la rapidez en la investigación y la colaboración de los profesionales forenses fueron fundamentales para lograr esta sentencia histórica.
“Lo más importante en esta causa fue que la madre de la nena inmediatamente realizó la denuncia”, explicó el fiscal, añadiendo que “Eso nos permitió actuar de manera inmediata y recabar las pruebas necesarias para sostener la acusación”.
