La calma comunidad de Gleba Dos, en la zona de Mbaracayú, Alto Paraná, acabó luego que en circunstancias aún bajo investigación, una familia fue víctima de un violento asalto que derivó en el secuestro de Silvio Friedler, (45), tras un fallido intento de extorsión en su hogar. Los delincuentes, con acento brasileño y fuertemente armados, irrumpieron en la vivienda pasadas las 20:30 horas.
Inicialmente, su intención era extorsionar al padre de Silvio Rudy Friedler, a quien exigieron una importante suma de dinero. Sin embargo, ante la negativa de contar con efectivo, los criminales optaron por llevarse a su hijo como rehén.
Horas más tarde, cerca de las 23:00, el teléfono de Rudy Friedler sonó: escuchando a uno de los captores, quien le comunicó la exigencia de 30.000 dólares como rescate, poniendo un plazo hasta las 18:00 de hoy para el pago.
En un frío mensaje, sin posibilidad de negociación, advirtieron que en caso de no obtener el dinero en el tiempo estipulado, el secuestrado podría correr peligro. Las autoridades, alertadas rápidamente por la familia, movilizaron a los agentes de la unidad antisecuestros, que ya están en la zona colaborando con la policía local y realizando las primeras diligencias en búsqueda de alguna pista que lleve al paradero de Silvio.
El plazo de entrega
La fiscal encargada del caso, Zunilda Ocampo, confirmó en la mañana que el plazo es firme hasta las 18:00, aunque los delincuentes no dieron indicaciones precisas sobre el lugar ni el método de entrega del rescate. El monto, es de 30.000 dólares según confirmó la funcionaria del Ministerio Público.
“Hasta ahora no se ha podido confirmar si Silvio sigue con vida”, admitió la fiscal, añadiendo que los captores hasta el momento se han limitado a hacer la demanda económica sin permitir contacto alguno entre el rehén y su familia.
Las primeras pesquisas indican que el secuestro habría sido cuidadosamente planeado, pues los asaltantes parecían conocer ciertos movimientos de la familia Friedler, lo que sugiere que podrían estar detrás de alguna operación ilícita con antecedentes en la zona o simplemente haberse enfocado en la familia por otras razones aún desconocidas.
Este violento hecho ha generado preocupación y tensión entre los vecinos, quienes han estado colaborando con las autoridades en la medida de sus posibilidades, buscando cualquier indicio o pista que pueda ayudar a resolver el caso. Las fuerzas policiales, por su parte, han intensificado las medidas de seguridad en toda la región, mientras se intenta rastrear las comunicaciones realizadas por los secuestradores, quienes usaron el propio teléfono de Silvio Friedler para realizar la llamada extorsiva.
Ante la premura del plazo establecido, cada minuto cuenta, y las esperanzas de la familia Friedler se centran en la pronta y efectiva intervención de los equipos de negociación.
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