OPINIÓN / Por Juan Carlos A. Moreno Luces
Días y noches oscuras sirvieron para ocultar la perversa identidad de Wladimir Putin. Su temperamento y sus pensamientos obtuvieron la complicidad de militares obsecuentes, autócratas sedientos de poder y multimillonarios corruptos; quienes se encargaron de crearle una imagen internacional exitosa e invulnerable al jerarca ruso.
Su recorrido por los pasadizos europeos y del mundo, siempre estuvieron acompañados por la magia de una omnipotencia brillantemente lograda. Un logro fantástico de mercadotecnia a nivel mundial. Su puesta en escena del poder bélico y económico de Rusia, sirvieron como trampolín para lograr sus propósitos.
El mensaje perfecto y envuelto en una tremenda simplicidad. El poder bélico, infunde miedo. El poder económico, genera negocios y el mundo necesita de ello. El mensaje entre líneas de alto contenido estratégico, se comprendería claramente. Si negociamos, te cuido. Lo cual genera un elemento extra para cualquier país, salvo a los Estados Unidos y su aliada Inglaterra.
Con el fin de la guerra fría, la perestroika y la post reorganización de Europa, el establishment de la nueva Rusia, fue desarrollando un plan con el fin de seguir siendo una potencia mundial a fin de mantener su posición en el concierto de las naciones. Y obviamente lo logro.
Con la invasión a Ucrania, Putin pretendió seguir expandiendo su poder, sin prever que sus soldados mal atendidos y mal entrenados fracasen en el intento. Si bien nada está definido. Nada nos deberá sorprender. Pues la locura podría apoderarse de la región en guerra y terminar en una hecatombe diabólica.
El grupo de mercenarios Wagner, como bien su nombre lo dice, inicialmente estaban al servicio de Wladimir. En las últimas horas giraron misteriosamente de objetivo y aparentemente van por su sponsor. El verdadero motivo, probablemente nunca se sabrá. Lo concreto es que todo está muy confuso por el momento.
Retrotrayéndonos a los acontecimientos históricos que son parte de la historia de la humanidad, podríamos encontrar elementos que nos ayuden a comprender el giro de dichos acontecimientos. Porque cito esto. En la historia encontramos una serie de hechos y episodios de traición; que al concretarse lograron cambiar el curso de la misma.
Desde la biblia hasta el día de hoy, las profecías se basan en probabilidades circunstánciales. Dónde generalmente los principales actores son traicionados por sus leales. En otros términos. Si la historia se repite más allá de los mandamientos y de los tiempos. Encontramos el mismo ejemplo, sin importar su ubicación en la pirámide del poder.
Finalmente, quien conoce las debilidades del otro siempre será el más fuerte.