Adentrarme al mundo de las especulaciones, no es precisamente mi fuerte, pero al observar señales reiteradas de desavenencias entre actores preeminentes de la política de estado; levantando la ceja puedo olfatear que existe un sinnúmero de fricciones entre la conducción del Movimiento Honor Colorado y las bases disconformes con miembros del Poder Ejecutivo, salpicando la conducción del presidente Santiago Peña.

Lo llamativo es que los cuestionamientos, no son solo a integrantes del gabinete, sino que también abarcan a decisiones del titular del Ejecutivo.

No voy a referirme a quienes tirotean o dan sus argumentos desde sus propias conclusiones. Los seguidores de la política nacional tienen el tablero de ajedrez político muy claro. Quién es quién y a qué espacios de poder apuntan, lo que permite entender que este periodo de gobierno es mucho más dinámico y por tanto, podría convertirse en inestable y cambiante.

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Entonces, dadas estas condiciones de alta vulnerabilidad, es preciso reconocer que nada bueno puede salir de este modo.

Es muy necesario, calmar las aguas y ser honestos, reconociendo que hay errores que corregir y no perder más tiempo en palmoteos hipócritas, que solo sirven para un público sin criterio.

Los momentos de reflexión son muy difíciles de introducir en una agenda política gubernamental. Las reuniones son por general de información y toma de nuevas decisiones, pero sobre cuestiones puntuales y no rebatibles.

La autocrítica, no debe faltar y mucho menos, empecinarse en plantear que todo está bien, lo cual, está lejos de la realidad.

Si hoy los ministros trabajan más de ocho horas, los resultados no condicen con lo que la sociedad esperaba del presidente Peña, debido a las múltiples carencias que fueron acumulándose en los últimos tiempos.

La macroeconomía; sigue gozando de una excelente salud, cuyos resultados hablan de un efectivo accionar de la cartera económica. ¡¿Y el resto del equipo?!

Deja entrever que están trabajando muchísimo, pero siguen sin resolver cuestiones muy básicas. Rutas en mal estado, falta de médicos e insumos en los hospitales y una educación sin la respuesta a los históricos reclamos, desde la mala calidad de las instalaciones, a la falta del personal de calidad y un buen servicio de la comida escolar. No deseo reiterar, los problemas. Pero si no se cambia a los responsables de una situación consabida y diagnóstica, será imposible revertir la realidad.

El presidente Peña, necesita mayor libertad de acción. Eso es muy claro. Pero en contrapartida, debe tomar más decisiones concretas, para dar un nuevo impulso a las deficiencias que afectan a su propia gestión.

Y más que nunca, los operadores del ombligo del movimiento que ostenta el poder general en la República y legítimamente ganado deben tener más presente que nunca que el apoyo recibido fue un voto de confianza y esperanza.

Olvidar esa premisa sustancial, sería un error a futuro, con un desenlace altamente perjudicial para los intereses internos del movimiento Honor Colorado.

Horacio Cartes, fue, es y será el gran elector de dicho movimiento por un par de periodos gubernamentales más. Pero no puede estar cuidando todos los días el gallinero. La conducta política, es responsabilidad de cada actor y su relación con el cargo, así como el ejercicio del poder en toda su dimensión.

Lo triste, es que ellos lo saben, pero están actuando con una actitud irresponsable, ante su movimiento, ante el estado y peor aún; creándole un conflicto sin ningún sentido, al artífice de la construcción de un movimiento político exitoso. ¡¿Que buscan?! Me pregunto.

Desestabilizar al gobierno del cual son parte, o peor; generar una crisis interna que termine fragmentando el propio movimiento. Señores, es hora de reflexionar. Y si es antes de Semana Santa, mejor. Ustedes sabrán… ¿y si no?! Por lo menos, deben redoblar respetuosamente esfuerzos, trabajando y en silencio.

Basta de cacareos innecesarios. Basta de tirar bombas. Pues más tarde o temprano podrían caer muy cerca de quienes actúan ocultos en la sombra, tratando de instalar el axioma conspiranoico; ¡en río revuelto ganancia de pescadores!

Juan Carlos A. Moreno Luces, Global Economic Analyst para LA TRIBUNA, Paraguay