36.2 C
Asunción
viernes, 21 de febrero de 2025
InicioOpiniónMilei: El libertario vs. El Presidente

Milei: El libertario vs. El Presidente

El ciudadano libertario Javier Milei versus el Presidente de la República Argentina Javier Milei. ¿Quién es el quién?!

Ser o no ser, es la primera línea de un soliloquio de la obra universal del dramaturgo William Shakespeare en Hamlet. Esta cita, tal vez, describa con absoluta claridad la indefinición del ser humano ante una situación conmovedora y compleja.

Esa duda estaba plasmada en el rostro del Presidente argentino, en una entrevista concedida al periodista Jonathan Viale. Astutamente, el periodista iba llevando al Presidente a una probable confesión sobre su responsabilidad como Presidente, sobre el escándalo provocado por un tuiteo en favor una plataforma criptográfica, lo que concluyó en una estafa no menor a 100 millones de dólares.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Durante la grabación, el Ministro de Economía, Luis Caputo irrumpe el set de grabación cortando el diálogo. Los detalles, si bien son relevantes, más allá de los ribetes jurídicos, lo grave es que el Presidente y el periodista aceptaron complacientes la censura, modificando el fondo de la cuestión.

El libertario y el periodista demócrata, acordaron mostrar mantener el silencio sobre la responsabilidad jurídica del Presidente argentino y así el rostro de un periodismo independiente.

No se puede considerar un desliz la opinión del presidente, y más aún cuando el mismo es el foco del camino a seguir en materia económica, dado su conocimiento académico y el rol que instaló en la primera magistratura.

Si bien para quienes lo defienden, es episodio es un hecho aislado, las consecuencias del escándalo sentencian al presidente argentino.

Dentro del proceso de reestructuración de toda la República Argentina, el error del presidente no es gravitante, en línea con los grandes aciertos de Milei. Pretender minimizar el error es una tarea lógica desde el punto de vista del gobierno.

Ahora bien. El hecho en sí, arrojó oscuridad a la sociedad que, a pesar de seguir divida, pretende seguir confiando en la voluntad del Presidente. En unos días más, la censura será una anécdota política, pero Javier evidenció su debilidad y temor a ser juzgado por un error.

Esto es lo que me llamó poderosamente la atención. Es la primera vez, que el mismo Presidente envió un mensaje entrelíneas al considerarse un ser superior. Ojalá no sea el inicio de una fase distinta de la personalidad del Señor Presidente.

Si los aplausos por el error le agradan y lo festeja, no tengo la menor duda que transitará a un pedestal equivocado que, más tarde o temprano, conducirá a escenarios antidemocráticos y cuyas consecuencias siempre son graves.

Juan Carlos A. Moreno Luces
Sociólogo paraguayo, para LA TRIBUNA