Tres fechas antes de terminar el campeonato de Apertura de la APF, Libertad dio la vuelta olímpica, en un año en el que hubo apriete de cintos y en el que la apuesta fue hacia la promoción de prometedores jóvenes formados en la casa.
El propio técnico Daniel Garnero, ni bien acababa de registrarse el desenlace prematuro de la consagración gumarela, reconoció en el primer reportaje que concedía como campeón por octava vez en el futbol paraguayo (con 4 titulos en Olimpia, 3 en Libertad y uno en Guarani) que le chocó al comienzo de la temporada cuando los dirigentes anunciaron la nueva política, al no poder contar con ninguno de los refuerzos que figuraban en su agenda y abrir de par en par la puerta únicamente a su semillero.
Pero aceptó el desafío, confiando tambien en los jovenes y el resultado fue más que auspicioso. Y conste que las lesiones le jugaron más de una mala pasada, afectando a figuras importantes como Hugo Martinez (aún no recuperado) y Antonio Bareiro (que acaba de regresar en las ultimas jornadas).
La suma de contratiempos menores de otros cracks, como el caso de Lorenzo Melgarejo, permitió que aflore otra “joya” de las formativas albinegras como Enzo Gonzalez, el talentoso jugador de 18 años, que saltó a la consideración general emulando lo ocurrido antes con quien hoy luce en la Premier, Julio Enciso. Otros pichones tambien no se asustaron a la hora de ser promocionados.
El asentamiento de Diego Gomez y su crecimiento futbolístico notable que lo llevó con sus jóvenes veinte años incluso a jugar por la Albirroja mayor, fue otro punto alto de una temporada en la que Libertad fue lejos el mejor equipo de primera con la eficaz formula de la combinación de experiencia y juventud. En rigor el que al final llegó al título, tuvo el merecimiento de armonizar jugadores que cumplieron la misión que le encomendó su estratega, cada uno en su lugar y a su debido tiempo, sabiendo quienes no entraban en algún encuentro, satisfacer las expectativas cuando tuvieron su oportunidad. Esta fue otra clave de la conquista albinegra, porque se pudo armar un equipo por encima de las citadas sobresalientes individualidades.
Con la frialdad y contundencia lacónica de los números, así lo indican los 10 puntos de ventaja sobre el principal escolta (Cerro), que le permitieron este sábado gritar campeón por adelantado.
Y si bien no está exento (y esto se hizo más patente en la Libertadores, el otro objetivo de este primer semestre) a la tónica de absolutamente todos los equipos paraguayos en la actualidad que es la marcante irregularidad, sus altibajos no fueron tantos o tan graves en el Apertura 2023, como los que mostraron los restantes aspirantes a la corona.
Otros canteranos tambien respondieron a la par de los experimentados que los fueron arropando y guiando sus pasos, a partir del arco con una garantía como Martin Silva y en el ataque como un interminable artillero como Oscar “Tacuara” Cardozo, que recibió en el día su cumpleaños numero 40, el gratificante regalo de este título y además con un gol de su cosecha.
Así llegó el cetro oficial número 23, del que acentúa su carácter de más laureado en el presente siglo. Libertad, justo campeón, salud!
