Paraguay vive una transformación total en materia del relacionamiento internacional polideportivo del pais.
De ser furgón de cola de América del Sur en materia de albergue de competiciones internacionales (la primera recién se realizó en 1949 y fue un sudamericano de básquetbol masculino disputado en el estadio Comuneros), hoy pasa a ser uno de los países de la región con hiper-actividad en este rubro.
Lo que se vivió la semana pasada es un contundente ejemplo de lo expuesto: al mismo tiempo y como una suerte de ofrenda a las festividades patrias, el deporte nacional brindó tres grandes eventos internacionales con luminarias de estas disciplinas a nivel mundial (patinaje), panamericano (ciclismo) y sudamericano (tenis de mesa).
La lista de justas que se han realizado y las que se anuncian cuando todavía no llegamos ni a la mitad del año 2023, constituyen cifras records en materia de espectáculos internacionales. Y en varios de ellos, no sólo Paraguay ha sabido ser anfitrión sino igualmente protagonista exitoso.
Si Odesur el año pasado, con presencia de deportistas de 15 paises, fue capaz de generar tanto avance, cuanto más podrá dejar un panamericano como el junior de 2025, cuando casi se triplicará la cantidad de naciones concurrentes.
La infraestructura que dejaron los juegos Asunción 2022, no quedó inutilizada como los “elefantes blancos” de DIBEN, varios de los cuales terminaron albergado malezas y quedaron abandonados e inutilizados. Lo propio casi le ocurrió al Centro Acuático Nacional, que finalmente se pudo completar después de un cuarto de siglo de iniciación de la obra.
Y todo este capital edilicio deportivo será nuevamente bien utilizado en los referidos panamericanos, donde ya es muy poco lo que habría que acoplar, como el nuevo polideportivo en la SND, cuya construcción ya se ha iniciado y un Centro de Alto Rendimiento de la Asociación Paraguaya de Tenis en el predio del Comité Olímpico Paraguayo, próximo a ser habilitado (foto).
A la expresión “obras son amores”, aplicándola en un contexto polideportivo, habrá que agregar que tambien eventos lo son y tanto una como cuestión como la otra, son indicadores de la evidente evolución y el contínuo progreso que disfrutan las disciplinas, mal consideradas menores, que en todos los ordenes, nos siguen brindando las alegrías mayores.
