El último recuento de casos de chikungunya en Paraguay habla de que ya suman 14 fallecidos. Esa cifra se confirmó luego de una reunión entre el ministro de Salud Pública, Julio Borba y autoridades nacionales, municipales y departamentales, donde debatieron las acciones que deberían realizar. La reacción tardía de las autoridades demostró la falta de prevención a futuro de cada plano sanitario, sabiendo bien de que los arbovirosis ya no se va del país, es nuestra realidad y lamentablemente es un poco tarde para hacer todo a los apuros.
El ministro Borba, confirmó a su vez que existen 103 pacientes internados, de los cuales 16 son menores de un año y 60 pacientes son mayores de 60 años. De todos ellos, tal vez la mitad se haya salvado si se tenían sobre la mesa varios posibles panoramas con mucho tiempo de anticipación sobre la mesa de estrategias.
De hecho, el secretario de Estado nuevamente volvió a compartir responsabilidades con la ciudadanía en la lucha contra el vector que transmite la enfermedad, sin embargo no se lo escucho decir ni al ministro ni otras autoridades sobre lo obvio que ahora resulta más que visible, y la pregunta es ¿donde estuvo el factor de previsión para posibles situaciones como las que vivimos?.
Por demás está decir que todos debemos estar involucrados, pero empezar tarde nunca debió ocurrir.
Esta situación ya no debió ser tomada como si fuera un planeamiento y a esta altura se debió haber pasado a instancias más tangibles que lleven a la disminución de los criaderos y no que con el Mitic recién ahora van a trabajar para llegar a la ciudadanía con informaciones sobre donde encontrarán a los vectores del dengue, zika y chikungunya en los patios.
Si bien estas situaciones ya no se repetirán el año que viene, porque estas mismas autoridades posiblemente ya no estén al frente de sus respectivas instituciones, tendría que quedar el “como se hace” para quienes vengan más adelante y con tiempo lleguen a preparar como hacer frente a este tipo de problemas con posibles soluciones en base a lo aprendido, no sólo ahora sino desde siempre.
De lo contrario, seguirán los malestares, problemas en las urgencias y los extremos de tener muertes por simplemente llegar tarde a una fiesta que la organizó con anticipación el aedes aegypti y no las autoridades involucradas en su lucha.