Es la época de constantes alertas para los bomberos que arriesgan sus vidas para hacer combate al peligro frente a las llamas para salvar lo que queda de valor. El servicio de la madrugada del jueves se trató de un incendio de grandes proporciones iniciado en el depósito del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), sobre la Avda. Artigas casi Perú.
Lastimosamente varios documentos fueron consumidos en la rápida expansión del fuego. La cantidad de elementos inflamables hicieron que las llamas salgan de control y aumente el calor que amenazaba con expandirse a otros lugares si no llegaban los apagafuegos.
Antiguos bibliorados, papeles guardados, muebles de madera, todo fue como combustible al momento del incendio y en parte dificultó el trabajo de combate ya que los bomberos tuvieron que improvisar boquetes de respiración para poder desviar la circulación de aire a zonas donde se encontraban combatiendo al fuego.
Ya con tiempo se detendrán a analizar las causas del incendio, a primera vista los bomberos pudieron deducir que se trataba de un corto circuito el detonante. La falta de mantenimiento en las antiguas líneas, humedad en la cañería, sobrecalentamiento de aparatos o un cargador no desenchufado, pudieron haber sido los elementos que encendieron la chispa, eso se deberá analizar posteriormente.
A pesar de que fue un largo y extenuante trabajo, por la cantidad de horas de combate, el fuego pudo ser contenido y dominado. Lo siguiente fue nada más que enfriamiento del local siniestrado para evitar el avivamiento de pequeños focos de calor.
Informaron que no se registraron víctimas o personas cuyas vidas corran peligro ya que el evento tuvo lugar fuera del horario laboral.
Sitio incendiado en otras oportunidades
No es la primera vez que este depósito arde, el mismo depósito que ahora pertenece a la Senave, anteriormente era de dominio del Ministerio de Agricultura. Anteriormente era conocido como el depósito de la Oficina de Fiscalización de Algodón y Tabaco (OFAT).
En julio de 2003, se registró en el lugar un incendio de grandes proporciones, con material de alta toxicidad que en el sitio era resguardado. Las investigaciones incluso apuntaban que se trataba de un evento premeditado pero se cerró el caso sin apuntar directamente a nadie.
En esa oportunidad, un gran despliegue sanitario se realizó en búsqueda de personas, en especial de la Chacarita que pudieran haber aspirado humo tóxico de fungicidas, pesticidas y otros elementos de alta concentración insalubre.
El sitio fue puesto en cuarentena posterior al siniestro para disipar todo tipo de peligros.