A menos de una semana de la noche buena, muchas personas ya comienzan a organizar lo que será el tradicional festejo. Sin embargo, la experiencia habla de dos lamentables costumbres que aún perduran. El uso de arma de fuego y la pirotecnia a mansalva.
La mala manipulación de petardos y, en el peor de los casos, dejar que menores jueguen con violentos explosivos, ha dejado secuelas a varias familias. A partir del conocido adagio que dice: ‘uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde’, es que varias víctimas aconsejan a no usar fuegos artificiales y de hacerlo, que tenga hasta el mínimo detalle de seguridad.
Muchas personas lamentan tener que pasar las madrugadas de Navidad y Año Nuevo en centros asistenciales a causa de una mala manipulación de elementos explosivos. Todo esto se puede evitar todavía con un poco de conciencia y respeto.
El espectáculo de los fuegos de artificio puede convertirse en lamentables sucesos que engrosarán las fatídicas estadísticas por el simple hecho de no tener el mínimo de responsabilidad.
Balas perdidas
La ingesta de bebidas alcohólicas, las raíces culturales, el humor y hasta un poco de necesidad de llamar la atención, hacen que muchas personas de forma inconsciente, rescaten un arma de fuego y comience a dar disparos al aire en medio de la algarabía que se disfruta en las fiestas.
De un minuto para el otro, lo que significa felicidad, se puede convertir en luto para unas familias.
Manipular un arma de fuego, mismo en condiciones normales está prohibido por las legislaciones vigentes. De existir la posibilidad de que alguien sea testigo de algún tipo de manipulación sospechosa de arma de fuego, se debe de accionar al 911 de manera inmediata, la vida de otra persona puede estar en riesgo.
Las fiestas deben ser sinónimo de alegría. El dolor y en el peor de los casos, el luto, no tiene que ser parte de lo que se llama ‘fiesta’. Si tenemos en la casa hay un arma de fuego, la misma no debe ser usada de no haber la necesidad imperiosa de defensa, una persona inocente puede pagar las consecuencias de la mala manipulación de un arma de fuego.
Hagamos que todo tenga un final feliz.