Itapé, ciudad a orillas del rio Tebicuarymí, es sede del santuario de la Virgen del Paso, una advocación de la Virgen, cargada de historias milagrosas y que cada año, miles de guaireños llegan hasta su santuario ubicado en medio del río a pedir o agradecer por un milagro que marcaron sus respectivas vidas. Hasta aquí llegaron cerca de 70.000 feligreses, en búsqueda de su intersección.
Monseñor Amancio Benítez, oriundo de la ciudad de Itapé, dirigió la Misa Central en conmemoración a la Virgen del Paso de Itapé y su homilía se centró en el proyecto de Ley de Devolución Premiada, proyecto del senador Yamil Esgaib y según el religioso, lo que busca esta Ley es beneficiar a los procesados por hechos de corrupción.
“Esta es una invitación a robar y de paso les premiamos para saber robar, en vez de castigarlos”, dijo el Monseñor.
Una advocación llena de milagros
La historia cuenta que el 16 de diciembre de 1954, la ciudad de Itapé esperaba la visita de la imagen de la Virgen de Caacupé. El día 18 de diciembre llegó la virgen al pueblo de Itapé, proveniente de Villarrica (a 17 kilómetros). En ese trayecto los peregrinos debían cruzar un río, que se encontraba con las aguas bajas por tener poco caudal.
Mencionan como su primer milagro el ocurrido en el denominado Paso Tuyá, que, al hacer este cruce la capa de la virgen rozó las aguas y a continuación, una de las peregrinas mojó a su hijo enfermo con agua debido al calor, y al parecer luego de esto su hijo sanó de sus dolencias, convirtiéndose este milagro en el primero de otros que se registraron más adelante.
Es por ello que se cree que el agua del río está bendecida y a partir de allí, año a año, generación tras generación de guaireños, siempre llegan cada 18 de diciembre a saludar a la santa patrona del departamento, la Virgen del Paso de Itapé.