En el marco del “Día Nacional de Lucha contra la Obesidad”, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) presentó una estadística sorprendente de 34,6% de obesidad en niños y adolescentes actualmente en el país. Varios factores influyen para el desarrollo de este comportamiento alimenticio.
La cartera de Estado, recordó que la obesidad es una condición de salud crónica, multifactorial, que genera gran morbilidad y aumenta los costos, tanto para la sociedad como para el sistema de salud.
Además, es considerada un factor clave en la magnitud de las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), y constituye uno de los grandes desafíos en la prevención de estas enfermedades.
En la franja infantil, mencionan que se están reportando proporciones alarmantes en muchos países, y supone un problema grave de salud pública que se debe abordar con urgencia.
A nivel local, el sobrepeso y obesidad, afecta a casi 2 de cada 3 adultos (58 %) y 23 % de ellos tiene obesidad. Mientras en el rango infanto juvenil, estiman que el 34,6 % tiene exceso de peso y el 34,5 % padece de obesidad. Datos del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN-INAN).
En comparaciones con los últimos 10 años, estos números fueron en crecimiento y es así que en el 2010 se tenía un registro del 25,1% y en 2019, se alcanzó los 34,5%, según los registros que obran en el MSPyBS.
Ven preocupados estos números, puesto que los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad tienen mayores probabilidades de seguir siendo obesos en la edad adulta y presentan mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardiovasculares, la diabetes o el cáncer.
La cartera estima que en Paraguay, las enfermedades no transmisibles están entre las cinco causas de muerte y tan sólo en 2019, fueron la causa de del 24,5% de muertes prematuras.
Entre las causas asociadas a la obesidad infantil, estiman que en un 59% es debido al bajo consumo de frutas, 75% es a causa del bajo consumo de verduras, el sedentarismo o falta de actividad física ronda los 78%, según la Encuesta Global de Salud en Escolares y Adolescentes de 2017.