Ni bien iniciaba la noche, en Clorinda, provincia de Formosa Argentina, a metros de la frontera con Paraguay, se produjo un incendio de gran magnitud que afectó a un depósito de combustible que era usado ilegalmente para introducir diferentes carburantes al Paraguay de contrabando por Beterete cue Puerto Elsa, bajo el conocimiento incluso de las autoridades debido a que un hecho similar había ocurrido hace unos meses atrás.
Caía la noche y en el vecindario contiguo se notaba un fuerte movimiento, aprovechando las altas temperaturas del momento la gente comenzaba a salir a socializar como si fuera un fin de semana normal. Es por eso que se puede ver en los videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales que hay una estampida de personas ni bien comenzó a arder este deposito de carburantes en la localidad formoseña.
Claro, la curiosidad era mayor que la cautela por estar cerca de un evento que afectó de nuevo a la zona, por lo que muchos en vez de huir, quedaron para tomar los mejores ángulos del incendio con sus teléfonos, hecho que pudo haber sido el detonante de otra catástrofe por los peligros que implicaba estar ahí a metros de un incendio con elementos inflamables a poca distancia.
Se habla de al menos siete a ocho tanques que contenían diferentes tipos de carburantes, diesel, diesel aditivado, nafta de bajo octanaje, la misma de alto octanaje entre otros productos, un camión cisterna y otros vehículos que luego de encender la chispa terminaron consumidos y al menos tres casas colindantes también sufrieron daño, según los primeros reportes.
Un negocio para todos
Hablar de esto hace pensar en la imagen de los tres monitos que se tapan la boca, los ojos y las orejas. Es así como actuaban las autoridades, ya sabiendo que allí previamente se había producido un incendio de características similares, no actuaban en consecuencia para evitar otro clima similar.
Esto no es sólo la responsabilidad de las autoridades argentinas, las paraguayas también se tapaban los ojos, boca y oídos, ante este emergente “emprendimiento” que hace desde varios años crecer como hongos los puestos informales de venta de carburante al costado de varias rutas de los departamentos de Presidente Hayes, Central y hasta la propia capital donde combustible argentino es encontrado a precios irrisorios.
Cada uno de estas improvisados “surtidores” traen el potencial de explotar como lo hizo el deposito clorindense, nadie en su afán de mejorar la situación se mueve, lo que aumenta la sensación de complicidad ante un negocio “efectivo” y sin contar con los efectos a largo plazo que podría afectar el funcionamiento correcto de los motores de los vehículos.
Parecería que las actuales autoridades esperan terminar la administración de Abdo para poder seguir juntando lo que se pueda de los puestos hormigas, los siguientes, a menos que esperen lo mismo tampoco proponen algo en concreto para detener esta actividad la cual disfrazan de un trabajo para el sustento de familias de escasos recursos. Actividad peligrosa que pocas ventajas aportan y si la duda se presenta, hasta se puede consultar a cualquier mecánico sobre sus consecuencias.
Reventa ilegal por diferencia cambiaria
Esta actividad peligrosa e ilegal por donde se la mire, es impulsada por la diferencia adquisitiva encontrada en la frontera entre Argentina y Paraguay. El argentino encuentra una salida fácil a los problemas económicos que atraviesan re vendiendo combustible a los paraguayos quienes sin importan cuanto, igual pagan creyendo que se trata de un carburante con la misma calidad que se encuentra en las estaciones de servicio del vecino país.
El paraguayo que cae dentro del esquema, hace valer algunas monedas extras mezclando con otros tipos de inflamables, ya sea agregando más alcohol o colorantes para aumentar las ganancias. Total, una vez en el tanque y el cliente se haya alejado ya no es su responsabilidad. Es difícil encontrar puestos honestos que venden los productos con el 100% de calidad, partiendo de la base que se ofrecen sin los mínimos requisitos de seguridad en bidones expuestos al sol.
Igual la brecha es grande entre lo que se vende en las bombas de Paraguay y la de Argentina donde los precios alcanzan hasta un 70% de diferencia y hace que cada fin de semana se produzca el éxodo de paraguayos por cada espacio fronterizo que de con Argentina para al menos recargar combustible y aprovechando para surtir de productos de primera necesidad que son afectados también por esta abismal diferencia.
De algo muchos argentinos están seguros, que el nuevo gobierno que se elegirá en octubre en el país vecino no traerá una solución al tipo de cambio de moneda, la inflación continuará, tratar la metástasis que afecta a la economía de los argentinos da para largo rato y mientras tanto, siniestros que ya son parte de lo cotidiano en Clorinda (Puerto Elsa / José Falcón) o en Posadas (Encarnación), ocurrirán con peores resultados inclusive.