Una embarcación turística, con base operativa en la ciudad de Concepción, se hundió de forma parcial en las aguas del río Paraguay, en el lado del Chaco, en las inmediaciones del trayecto fluvial hacia el departamento de San Pedro.
El incidente provocó que la versión oficial de la Prefectura Naval contradijera directamente la ofrecida por los responsables del yate, cuyo nombre no se reveló en el informe.
Informe oficial difiere del relato de lo ocurrido en el río Paraguay
Según el comunicado de la Prefectura Naval de Puerto Antequera, se procedió al rescate de doce personas, de las cuales ocho serían pasajeros y cuatro tripulantes quienes navegaban sobre el río Paraguay al momento que se hundió el navío.
Sin embargo, los administradores de la embarcación aseguraron que a bordo únicamente se encontraban cuatro tripulantes, quienes se dirigían rumbo a la ciudad de Pilar para cumplir con un encargo técnico, sin ningún turista a bordo. Esta contradicción permanece hasta el momento sin resolución pública.
El yate, diseñado para el turismo fluvial de lujo, dispone de varios camarotes equipados con aire acondicionado, cocina y espacios comunes, características propias de un hotel flotante. Su principal uso, según detallaron desde la administración, es el de brindar alojamiento temporal sobre las aguas del Paraguay, permitiendo a grupos de turistas pasar la noche a bordo mientras recorren tramos del río. Se trata de una embarcación bien equipada, altamente valorada en el circuito turístico regional.
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Sin fatalidades ni heridos
Los responsables explicaron que el suceso se produjo mientras la nave estaba amarrada en el margen chaqueño, en un punto que no fue especificado con exactitud. Alegaron que el sistema encargado de ingresar agua para el uso interno del yate presentó una falla, lo que, sumado a un fallo simultáneo de la alarma, impidió que los tripulantes advirtieran a tiempo la filtración de agua. Esta situación permitió que el agua se acumulara en el compartimiento trasero de la nave, provocando su hundimiento parcial. Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos, y los ocupantes lograron abandonar la embarcación a salvo.
La información oficial aún no aclara si efectivamente había pasajeros a bordo. Mientras tanto, la nave se mantiene amarrada en el lugar del incidente, aguardando la llegada de especialistas técnicos que serán los encargados de iniciar las tareas de recuperación.
Lo sucedido podría haber terminado en una tragedia de magnitudes mayores si ninguno de los tripulantes o posibles pasajeros se percataba a tiempo del ingreso del agua.
La falla en el sistema de alarma fue una vulnerabilidad operativa que, tratándose de una embarcación turística con potencial para transportar numerosos visitantes, exige una revisión exhaustiva de los sistemas de seguridad a bordo.
Asimismo, la falta de claridad entre lo informado por las autoridades navales y la versión de los administradores, amerita una investigación inmediata y precisa, para despejar dudas sobre la cantidad de personas a bordo al momento del siniestro.
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