Este martes por la mañana, diversas agrupaciones sociales se congregaron frente al Congreso Nacional, en la Plaza de Armas, hasta donde marcharon para manifestar su descontento contra el gobierno y sus políticas, en particular con la gestión del presidente de la República, Santiago Peña.
La protesta también apuntó al Partido Colorado en general, aunque con menor énfasis en contra del actual titular de la ANR, Horacio Cartes, quien se encuentra en una visita oficial a Israel.
Jubilados y aportantes de IPS contra el gobierno
Uno de los grupos más numerosos estuvo conformado por jubilados y aportantes del Instituto de Previsión Social (IPS), quienes expresaron su frustración ante lo que consideran una falta de respuesta por parte del gobierno a las necesidades de este sector.
Señalaron que la indiferencia de muchas personas frente a la situación que atraviesan los jubilados y aportantes activos es alarmante. En ese sentido, pidieron que, si las autoridades siguen permitiendo la corrupción dentro de la previsional, den un paso al costado y permitan un cambio que realmente beneficie a quienes han trabajado durante años para asegurar su pensión.
Médicos y personal de blanco
Otro grupo de manifestantes que se concentró en el lado norte de la Plaza de Armas, frente al Cabildo, contra el gobierno, estuvo compuesto por médicos del Ministerio de Salud y del IPS.
Estos profesionales de la salud, pese a que no fueron numerosos, denunciaron un desajuste salarial que no refleja las necesidades económicas y laborales del sector.
Además, expresaron su descontento por la carga horaria de trabajo, que a menudo les obliga a sacrificar su descanso y tiempo personal sin que se les compense por las horas extras.
Defensores del medioambiente
Al mismo tiempo, defensores de las áreas verdes de Asunción se sumaron a las protestas, destacando la tala indiscriminada de árboles en barrios como San Vicente y Mburucuyá.
Este grupo teme que las autoridades estén permitiendo la instalación de estaciones de servicio sin tener en cuenta el impacto ambiental que esto conlleva.
Según ellos, estas acciones se están llevando a cabo con la anuencia de las autoridades nacionales y municipales, lo que representa un grave peligro para el medio ambiente y para la calidad de vida de los habitantes de la capital.
En consecuencia, solicitaron que quienes están a cargo de las decisiones den un paso al costado si no son capaces de ofrecer soluciones a estos problemas.
Personas con capacidades diferentes
Las personas con discapacidad también estuvieron presentes en la protesta para elevar sus demandas. Expresaron que ya llevan dos años reclamando la aprobación de la ley que les garantice una pensión del 25%. A pesar de haber pasado por varias instancias, desde la Cámara de Diputados hasta el Senado, aún no han recibido una respuesta favorable.
Este grupo denunció la discriminación que sienten por parte de la sociedad y de las autoridades, y aseguraron que la única manera de ser escuchados es organizándose y alzando su voz colectivamente.
“Nos sentimos como un estorbo para la sociedad”, expresó uno de los manifestantes. “La única forma de que nos escuchen es organizarnos. Pedimos que el presidente firme la ley para que podamos obtener la pensión que necesitamos.”
Además, denunciaron el abandono en el que se encuentra el Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS), cuyos edificios están desolados y carecen de los insumos básicos.
Un testimonio reveló la desatención que se recibe en esta institución, mencionando el caso de un niño que necesitaba atención urgente de un neurólogo infantil y que fue citado para dentro de varios meses, lo que pone en evidencia la grave falta de recursos en los servicios destinados a las personas con discapacidad.
Creciente descontento
La protesta del martes 25 de marzo, frente al Congreso Nacional, reflejó el creciente malestar de diversos sectores de la sociedad, quienes exigen respuestas inmediatas a sus demandas.
La jornada de manifestaciones muestra la frustración acumulada por años de promesas incumplidas y la falta de atención a temas fundamentales para el bienestar de la población, como la salud, el medio ambiente y los derechos de los más vulnerables.
El rechazo a la gestión actual parece haber alcanzado un punto de ebullición, y las autoridades tendrán que enfrentar las crecientes presiones de estos grupos, que cada vez más buscan hacerse escuchar en medio de un clima de desconfianza hacia quienes ocupan los cargos de poder.