El último fin de semana, un voraz incendio afectó aproximadamente 40 hectáreas del Banco San Miguel en Asunción, en un evento que requirió la evacuación de 30 familias y un intenso trabajo de contención por parte de bomberos, agentes municipales y voluntarios.
La Municipalidad de Asunción, liderada en este operativo por Nelson Mora, director general de Gabinete, atribuyó la complejidad del siniestro a las condiciones climáticas adversas, agravadas por la sequía que afecta la región.
Avance del incendio del Banco San Miguel
En contacto con la 970 AM, el funcionario municipal explicó que el fuego, que se inició el sábado al mediodía, fue contenido inicialmente durante la noche, pero nuevos focos surgieron el domingo, extendiendo la emergencia hasta las 17:00 horas.
Durante este tiempo, el fuego avanzó peligrosamente hacia los límites del Club Mbiguá y otras áreas protegidas, obligando a la movilización inmediata de recursos y el establecimiento de un puesto de comando en una escuela cercana para centralizar los esfuerzos.
La intervención también implicó el rescate de animales y la atención de las familias afectadas, muchas de las cuales residen en asentamientos precarios dentro del área. La Municipalidad ofreció apoyo con agua, energía eléctrica y albergue temporal para garantizar la seguridad de los evacuados.
Indicios de intencionalidad
Un elemento alarmante del caso fue la aparición de dos nuevos focos de incendio en la tarde del domingo, presuntamente provocados de forma deliberada. Según Mora, se hallaron restos de llantas y tambores utilizados como acelerantes, lo que apunta a un origen humano del fuego. Imágenes capturadas por testigos y datos técnicos ya fueron remitidos a la Fiscalía, que ahora investiga posibles responsables.
El director de Gabinete planteó que los motivos podrían variar desde intereses políticos hasta acciones individuales sin propósito aparente. Sin embargo, subrayó la necesidad de esclarecer los hechos y tomar medidas para evitar futuros incidentes.
Entorno social y ambiental
La zona afectada, habitada mayoritariamente por recicladores, enfrenta problemas estructurales vinculados al manejo de residuos y la falta de planificación urbana. Actividades como la quema de cables para la extracción de cobre son frecuentes y, según Mora, incrementan los riesgos de incendios no controlados.
El impacto ambiental también es significativo, considerando que el Banco San Miguel es parte de una reserva ecológica rica en biodiversidad. La pérdida de 40 hectáreas supone un retroceso considerable en la conservación de este espacio, cuyo ecosistema tardará años en recuperarse.
Soluciones sostenibles
Las autoridades locales recalcaron la importancia de implementar estrategias integrales que atiendan tanto la problemática social como la preservación del medioambiente.
Asimismo, finalmente se instó a fortalecer la vigilancia y las medidas preventivas para reducir los riesgos de nuevos incendios en áreas vulnerables.
