El Ministro de Defensa, Oscar González, relató con detalle el primer vuelo de hidrante de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU), que se realizó ayer sobre la zona del incendio en las inmediaciones del Cerro Chovoreca. González destacó la importancia de la llegada de la aeronave y la coordinación precisa que se llevó a cabo entre el personal en tierra y el equipo aéreo. Este esfuerzo conjunto fue crucial para enfrentar el incendio, que se encontraba en una etapa crítica.
En entrevista con la 1000 AM, González explicó que el avión, un C-130 equipado para la tarea de lanzamiento de cajas de agua, realizó su primera misión anoche, tras aterrizar en la base aérea de Mariscal Estigarribia. El objetivo de esta operación era que el agua fuera lanzada en el área afectada para que las llamas fueran controladas. En esta primera intervención, el avión descargó 8,000 litros de agua, una cantidad calculada cuidadosamente para maximizar su efectividad en el terreno.
Detalles del primer vuelo del hidrante
El Ministro subrayó que en el primer vuelo del hidrante, se requirió un proceso de lanzamiento de agua con una coordinación meticulosa. Los bomberos en el terreno indican las áreas exactas donde se necesita el enfriamiento, mientras que el personal de la Fuerza Aérea Paraguaya (FAP) traduce estas instrucciones al idioma aeronáutico. El piloto del avión, siguiendo estas indicaciones, realiza el lanzamiento con precisión para asegurar que el agua tenga el mayor impacto posible en el control del incendio.
González también destacó que, aunque el avión tiene la capacidad de lanzar hasta 16,000 litros de agua, en esta ocasión se optó por lanzar 8,000 litros. Esta decisión se basó en la capacidad del personal en tierra para manejar el apoyo proporcionado y en la necesidad de evitar que el agua se evapore o se reavive el fuego. La estrategia busca asegurar que cada descarga de agua utilice de manera óptima para combatir las llamas.
Finalmente, el Ministro González expresó su reconocimiento al esfuerzo y la dedicación de todos los involucrados en la operación. A pesar de la complejidad de la tarea, el compromiso y la coordinación de los equipos en tierra y en el aire son fundamentales para enfrentar el desafío que representa el incendio. La primera misión del avión hidrante marca un paso importante en la lucha contra el fuego en la región del Cerro Chovoreca.