Si es que el propio centro de Asunción ya estaba golpeado por la falta de movimiento comercial que comenzó a migrar a otras zonas de la capital, ahora la bicisenda es como el tiro de gracia para aquellos que aún sobreviven. En marzo comenzaron a reportar caídas en sus ventas y exigen soluciones.
Las autoridades municipales no responden al reclamo de más de un centenar de comerciantes de la calle Palma que se sienten afectados en sus ventas. El mes pasado, desde el momento de la implementación de la bicisenda sobre la misma arteria, las ventas comenzaron a disminuir abruptamente según cuentas de cierre.
Las pérdidas son millonarias y todo a raíz de la abrupta implementación del corredor de biciclos que se instaló en torno a lo que en alguna vez fue el corazón comercial de nuestra capital.
Antes de dar una mejor reactivación a la movilidad del centro de Asunción, este será su certificado de defunción dijo un comerciante visiblemente afectado por la abrupta implementación del trecho que de un día para otro ya estaba ocupando parte de la calzada del lado de su negocio.
Pequeñas actividades también perjudicadas
Pero no sólo los grandes negocios que sobreviven en la calle Palma están siendo afectados, esto daña incluso a la economía de chiperas y cambistas, íconos tradicionales de la céntrica arteria que se quejan que ya no quedan los vehículos a cambiar dinero o desayunar enfrente de sus respectivos puestos, cosa que a sus pares ubicados sobre la calle Estrella no afecta como a estos.
Siempre se manejaron de una forma hermética, tanto que si alguno llega a conversar con las autoridades, estos responden que no tienen planes de contingencia sobre el asunto y que ya es tarde para plantear alguna otra calle como alternativa para el paso exclusivo de bicicletas.
Ahora que empieza abril ni se quieren imaginar lo que será el movimiento comercial del centro ya que de a poco comenzará la época de frío cuando menos movimiento se registra en esta arteria y obviamente con el obstáculo que representa la bicisenda será para registrar más caídas en sus ingresos si es que no hay una solución definitiva a esta preocupación.
La bicisenda costó 800 mil dólares que fueron donados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y actualmente, es administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La que corre por la calle Palma es parte de los 600 kilómetros que recorrerá varios puntos del Área Metropolitana de Asunción, interconectando las principales ciudades del Gran Asunción con ciclovías.