En coincidencia con la tercera cumbre internacional del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y Doctrina Franciscana (Copaju) celebrado en nuestra capital, el Papa Francisco, desde la Santa Sede, leyó una carta que envío a los hombres y mujeres de derecho donde reflexiona sobre la importancia de revertir las injusticias sociales.
En el mensaje, Jorge Bergoglio primero saludo a la “heroica República del Paraguay” y no dejó de expresar su alegría porque en estos tiempos tan críticos y complejos de la humanidad, los derechos sociales y la doctrina franciscana sea la base inspiradora de la nueva organización.
Aprovechó para resaltar los nuevos compromisos debido a la pobreza creciente en la región, la cual nos convoca a todos con urgencia a la reflexionar y a actuar. No podemos y debemos aceptar el hambre en naciones que gozan de todos los generosos aportes de la naturaleza y donde hay aguas puras, tierras aptas, aire limpio, expresó en una parte de su misiva.
A su vez manifestó que es fácil manifestar dentro de una cátedra universitaria que los derechos sociales son programáticos, pero en la vida de las personas, el tiempo de realización de esos derechos se da en la calificación de su propia existencia, dignidad o indignidad de vida.
Naturalizar la inobservancia de esos derechos sociales como si fueran normales, bajo el pretexto de la insuficiencia de recursos en países ricos se ve como una falta, no sólo a los que gobiernan sino también a los que juzgan, enfatizó el jefe de la iglesia Católica.
Recordó que las riquezas son dones para distribuir, concentrarla deslegitima el orden económico, político y social de cualquier Estado, poniendo en vilo su propia razón de ser. Cuando la pobreza reina en un país totalmente rico, la injusticia social se concreta, más sabiendo que no existe posibilidad absoluta de desarrollo en las comunidades marginalizadas, dijo en otra parte.
Dirigiéndose nuevamente a los jueces, el Santo Padre enfatizó que cuando los mismos, bien teniendo el poder para ayudar y revertir este cuadro injusto no hacen nada, abren la puerta a nuevos discursos totalitarios que se montan en un diagnóstico realista e indiscutibles. Sin embargo luego promueven soluciones políticas que son inhumanas y egoístas, aun peores en el triste presente.
Francisco confiá que los países que se integran con la afiliación a la Copaju, asumen que no se trata de una afiliación formal o teórica, sino más bien de un reto cabal para nuevas prácticas judiciales, comprometidas y sustantivas.
Destacó que los jueces con su labor, hacen realidad las vivencias con la disponibilidad de la tierra y el trabajo de numeroso compatriotas que hoy se encuentran fuera de toda protección social. Esto es serio, exclamó, pero los jueces tienen gran incidencia, profundizó el papa.
Recordó que hay normas nacionales e internacionales para poder construir comunidades justas, pero el problema radica que esas normas sean cumplidas y esa es su sagrada misión (refiriéndose a los jueces).
Para finalizar, deseo que el capítulo Paraguay de la Copaju, tenga una exitosa y fecunda trayectoria. Envió un abrazo fraternal y deseó que la Virgen de Caacupé los acompañe recordando que reza por ustedes y pide que lo hagan por él.