Cada vez aparecen más sectores que se oponen a la implementación del estacionamiento tarifado en Asunción. El pasado enero, la Junta Municipal de Asunción, con la oposición de una sola concejal, aprobó la adenda al contrato con la firma Parxin y estableció la tarifa de G. 4.500 la hora para estacionar.
Inmediatamente saltaron los reclamos de los vecinos de los barrios afectados como Las Mercedes, Villa Mora y Sajonia, a quienes se sumaron los comerciantes del centro de Asunción. A esto se sumó una iniciativa ciudadana que comenzó con una campaña de recolección de firmas para suspender la aplicación del estacionamiento tarifado.
Uno de los cuestionamientos apunta que el centro de Asunción desde hace tiempo viene soportando una lenta agonía por la escasa actividad económica y que de aplicarse el cobro por estacionamiento, desmotivaría la afluencia de visitantes a dicha zona de la capital. “Será el mazazo final a los negocios del centro”, señalan.
El arquitecto Ricardo Meyer, quien es uno de los impulsores de la campaña de recolección de firmas, en diálogo con La Tribuna sostuvo que antes de iniciar los controles, la comuna capitalina ya tenía que contar con un plan de alternativa al transporte público, “porque con este control van a terminar matando a la ciudad”.
“Nos interesa que la gente pueda tener la posibilidad de una libre locomoción en Asunción, realizando todas sus actividades y para que pueda haber un estacionamiento, que ya de por sí, su fin principal es dejar de usar los automóviles por el costo”, remarcó.
Meyer es categórico al afirmar que si no se dan garantías, para que la gente tenga movilidad alternativa, entonces este proyecto de pago de una tarifa terminará “convirtiendo la ciudad en un cementerio donde ya nadie viene”.
Se estima que diariamente ingresan a Asunción aproximadamente 1.500.000 personas. La mayoría lo hace a través de vehículos particulares, dado que el servicio del transporte público es pésimo, con escasas unidades y la mayoría en malas condiciones.
Los funcionarios de instituciones públicas fueron los primeros en expresar su rechazo a la aplicación del estacionamiento tarifado, dado que al precio de G. 4.500 guaraníes la hora, mensualmente significa un gasto de más de 700 mil guaraníes solamente por estacionar en la calle.
Según Meyer, las autoridades municipales primero deben resolver estas cuestiones para luego, implementar la tarifa por estacionamiento. “Lo que la Municipalidad de Asunción hace con esto es dejar el problema sobre la mesa y le dice al ciudadano, resolvé vos individualmente”, señaló.
La campaña de recolección de firmas va sumando cada vez más apoyo y con esto se busca, que por medio de la Ley de Iniciativa Popular, la Junta Municipal trate el pedido de suspender la aplicación del estacionamiento tarifado.
Para Meyer la única manera para convencer a los concejales para derogar la ordenanza, el cambio o la suspensión, es con la presión ciudadana. “No hay que olvidar que los concejales son representantes de la sociedad y si esta misma sociedad se expresa de forma categórica contra la medida que tomaron. Lo más justo es que tengan que rever sus últimas decisiones y acompañar lo que les pidieron con la junta de firmas”, sostuvo.
Durante la sesión realizada en enero pasado, la única concejal que manifestó su postura en contra fue la colorada Rossana Rolón, quien objetó los alcances de la adenda del contrato.
Rolón cuestionó la rapidez para el tratamiento del tema. «Yo rechazo este contrato en todas sus formas, ya que no veo una salida financiera para darle al contribuyente y ellos puedan recibir un servicio como se merece», había señalado.
Es llamativo que oficialistas y opositores coincidan en un tema delicado, que afecta a la ciudadanía, y que no haya otras voces disidentes, por lo menos para alentar el debate público y que la ciudadanía esté suficientemente informada. Por de pronto, hay muchas nebulosas en el plan que ya se viene arrastrando desde administraciones anteriores y que generó dudas y controversias desde sus orígenes.