La Patrulla Caminera, dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), anunció el inicio de férreos controles en la zona de la peligrosa bajada del Cerro Caacupé, en la compañía Pedrozo de Ypacaraí.
Con radar en mano, ya se vienen efectuando controles de velocidad sobre la PY-02, en Pedrozo, Ypacaraí por parte de los inspectores de la Policía Caminera.
Los controles son en sitios aleatorios, antes y después del cerro Caacupé donde, según Florencio Vargas, director operativo de la dependencia del MOPC, controlan vehículos de carga y velocidad permitida.
El operativo se realiza ante la serie de accidentes que se registraron en dicha zona por el exceso de velocidad y sobre todo por las malas condiciones de los vehículos involucrados en los percances.
La reacción de la Caminera sería válida si la intención apuntara a mejorar el tráfico en las rutas del país. Sin embargo, la corrupción imperante en la institución le resta toda efectividad y los retenes solamente sirven para el “apriete” a los infractores y la recaudación de coimas.
A fines del año pasado el senador Martín Arévalo, había presentado en la fiscalía una denuncia innominada, para que se inicie una investigación del esquema corrupto que opera dentro de la Patrulla Caminera.
“Los propios funcionarios de la Patrulla me acercaron las denuncias, afirmando que, por cada dependencia, que suman 14 en todo el país, los trabajadores están obligados a recaudar G. 18 millones por día, lo cual sumaría semanalmente alrededor de G. 250 millones y G. 1.100 millones mensuales que dejan de ingresar a las arcas del Estado, porque se tranza la multa con el ciudadano, cuando la misma debería llegar en realidad a la Policía Caminera”, declaró el senador Arévalo al momento de presentar la denuncia.
La vista gorda de los efectivos de la Caminera con las irregularidades en las rutas saltan a la vista al circular por el interior del país. A cada kilómetro uno puede cruzarse con vehículos sin luces, camiones de cargas sin las debidas señalizaciones y colectivos chatarras que ponen en peligro la vida de pasajeros y automovilistas. ¿Cómo pudieron haber cruzado los retenes de la caminera ubicados a cada tramo de las principales rutas del país?
La única explicación para estas anormalidades es que los efectivos de la caminera, dejaron circular a los conductores infractores, previo pago de alguna coima.
Mientras, no se inicie una depuración de la institución los controles ruteros no servirán para mejorar la seguridad ni la circulación en las rutas del país, sino para alimentar el esquema corrupto que sigue operando impunemente en la repartición.