Omar Pico, quien se desempeñaba como titular del Instituto Nacional del Indígena (Indi), renunció al cargo que asumiera desde hace casi un año atrás en febrero de 2022. Su decisión de dejar el cargo fue aceptada por el presidente de la República Mario Abdo Benítez, quien ya designó un sucesor.
Mucha presión ante pocos resultados, bien pudo ser la causa de la renuncia presentada por el hasta ayer presidente del Indi. Su salida del cargo se realiza con la presencia de varias comunidades indígenas que se encuentran apostadas frente al local de la institución sobre la avenida Artigas, buscando reclamos sociales para sus respectivos intereses.
En su reemplazo, según el mismo decreto presidencial que acepta su renuncia, fue designado Pabro Eduardo Santacruz, quien hasta ayer desempeñaba tareas como director de administración y finanzas del Indi. En sus manos quedará destrabar las necesidades de los nativos que llegaron hasta nuestra capital.
Grave situación de nativos
Desde que llegaron a nuestra capital, cerca de 30 familias indígenas se mantienen en las mínimas condiciones de insalubridad y desatención apostados frente a la misma institución que debería velar por su bienestar. Allí están expuestos a las condiciones de altas temperaturas que se registraron en los últimos días de enero y la última gran tormenta cayó el pasado lunes.
Funcionarios de la institución que funcionaba hasta ayer bajo la titularidad de Pico, mencionaron diferentes tipos de inconvenientes para poder atender a las necesidades de los nativos que siguen aguardando una respuesta en los portones.
Ellos mencionan falta de logística para poder entregar víveres a las familias apostadas frente en la vereda de la institución. Atribuyen esto a problemas de presupuestos que aún no fueron liberados para realizar las primeras diligencias para quienes llegaron ya con desesperación a nuestra capital y se encontraron con un panorama peor al que ya tenían.
La mayoría de estas familias cuentan con menores de edad que tienen que convivir con las mínimas condiciones sin que desde el Estado les ofrezcan soluciones. En el grupo apostado se encuentran familias provenientes del departamento de Caaguazú y otras de Canindeyú, puntos ya alejados de por si para llegar y no tener soluciones.
De seguir así, el problema se agravará y la mala imagen que se da, persistirá.