El juez, Gustavo Amarilla, ordenó el bloqueo de las cuentas y la inhibición de enajenar y gravar bienes de Ramón Arrúa, Basilio Rodríguez, Martha Coronel y Luis Servían, todos funcionarios de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil @dinacpy, procesados por un intento de envío de cocaína a España.
La semana pasada, cuando la jueza de Crimen Organizado, Lici Teresita Sánchez, estaba de turno, ordenó la prisión preventiva para los funcionarios de la DINAC por facilitar a una mula el envío de cocaína a España, que fue frustrado mediante la intervención casuística de un agente de la SENAD. Ahora el juez Amarilla ordena el bloqueo de sus cuentas.
La orden de prisión había sido ordenada contra Ramón Isacio Arrúa Fernández, Luis Alberto Servían Zárate, Basilio Darío Rodríguez Hetter, Marta Liliana Coronel y Angelina Bogarín Benítez. Todos trabajaban en el área de seguridad aeroportuaria y todos ellos fueron imputados por el fiscal, Osmar Segovia por tráfico de cocaína y asociación criminal.
La jueza, antes de dictar la orden de prisión, primero admitió la imputación fiscal. Luego, ordenó la prisión y que los varones sean recluidos en la cárcel de Emboscada y las mujeres a la cárcel de Buen Pastor.
La SENAD detuvo a los citados procesados en la madrugada del viernes último, luego de cinco allanamientos. Ramón Isacio Arrúa Fernández era el gerente de seguridad y en todo el proceso le acompañaron los otros cuatro funcionarios de revisión.
Eliana Beatriz Cardozo Ramírez, de 28 años, fue la «mula» detenida con cocaína y su destino era Madrid, España. Llevaba 10,726 kg de cocaína en su maleta. El hecho había ocurrido el 11 de octubre, pero sus cómplices, que le ayudaron en el Aeropuerto Silvio Pettirossi, fueron detenidos el viernes último luego de varios allanamientos.
La mujer que llevaba cocaína en el Aeropuerto «Silvio Petirossi» pasó por todos los controles. Los guardias de seguridad le prestaron la mayor atención y le permitieron pasar por todos los scanner. El jefe de seguridad del Aeropuerto, inclusive, le hizo pasar por donde pasan los diplomáticos y no los pasajeros comunes.
Cuando ya cumplió todo el protocolo, la «mula» salió como para subir al avión y no sabía cuál era la puerta correcta y se acercó a un funcionario para hacer la consulta para saber por dónde debía abordar. Cuando, la «mula» se dio cuenta de que la persona que lo estaba atendiendo era un agente de la SENAD, empezó a temblar. El agente sospechó algo raro y enseguida revisó su maleta. Encontró cocaína.