La fiscal Ruth Benítez, quien lidera una investigación en el área de cibercrimen del Ministerio Público, fue objeto de una amenaza directa en el marco de la causa conocida como Duck Sex Games, en la que se involucra al abogado Luis Augusto Montanaro, acusado de supuesta viralización de contenido sexual. La advertencia llegó de una manera inusual y perturbadora: acompañada de un ramo de flores y una nota firmada supuestamente, por el grupo de activistas informáticos «Anonymous».
En el texto de la nota, titulada «Advertencia Formal», se le exhorta a Benítez a actuar con «absoluto respeto por la verdad y la justicia», advirtiéndole que cualquier desvío de estos principios se interpretará como un acto de corrupción.
Según el mensaje, el grupo afirma contar con pruebas de la supuesta inocencia de Montanaro y acusa a la fiscal de haber intervenido en el caso con parcialidad, supuestamente influenciada por factores externos y con fines corruptos. “Esta es su única advertencia”, recalca el mensaje, y prosigue con una amenaza explícita: la fiscal podría enfrentar consecuencias de continuar con las acciones que el grupo considera corruptas.
Pidieron a la fiscal de la causa confidencialidad
Una parte crucial de la amenaza alude a la confidencialidad. Los hackers advirtieron que cualquier intento de divulgar la nota sería considerado «un acto hostil» hacia ellos, lo que acarrearía medidas de represalia. Sin embargo, Benítez decidió no acatar este pedido y hacer pública la amenaza, argumentando que su labor requiere transparencia y seguridad. En el mensaje, Anonymous finaliza con la firma tradicional de su grupo, una leyenda que asegura: «Somos Anonymous. Somos una legión. No perdonamos. No olvidamos. Espérenos. El conocimiento es libre».
El contexto de este caso es particularmente delicado, pues se vincula con la difusión de contenido sexual a través de plataformas digitales, un delito que el Ministerio Público investiga como parte de su trabajo en delitos cibernéticos. La amenaza, firmada por Anonymous, elevó las tensiones en torno al caso, poniendo en entredicho la seguridad de los funcionarios judiciales implicados en casos informáticos. La presencia de actores de ciberactivismo dispuestos a presionar a las autoridades mediante tácticas intimidatorias en Paraguay amenaza la justicia con el actuar de la justicia.
Anonymous concluye su mensaje con un consejo a la fiscal, sugiriéndole que se mantenga apegada a la verdad y advirtiendo que cualquier intento de «manipular o distorsionar» el caso será inútil, pues, según el grupo, «decisiones en niveles superiores» ya han tomado. La reacción de Benítez al recibir la amenaza refleja el desafío al que se enfrentan las autoridades judiciales cuando intentan manejar casos sensibles en un entorno cada vez más digitalizado y, ahora, visiblemente hostil.
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