Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, intenta frenar su extradición a los Estados Unidos de América, donde le acusan por 18 cargos penales. El Reino Unido había ordenado su extradición, pero Assange presentó un recurso contra los británicos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y ahí sigue el caso.
Uno de los cargos por lo que los norteamericanos quieren la presencia de Assange es por violar la ley de espionaje, relacionados con la publicación por parte del sitio web WikiLeaks de grandes cantidades de registros militares y comunicaciones diplomáticas confidenciales de Estados Unidos que, según Washington, puso muchas vidas en peligro.
En enero del año pasado, un juez británico dictaminó que Assange, de origen australiano, no debía ser extraditado, alegando que su salud mental suponía un riesgo de suicidio si era condenado y recluido en una prisión de máxima seguridad.
La decisión, sin embargo, fue anulada tras una apelación de las autoridades estadounidenses, que dieron un paquete de garantías, incluida la promesa de que podría ser trasladado a Australia para cumplir cualquier condena.
Wikileaks saltó a la fama en 2010, cuando esa página web publicó cientos de miles de archivos secretos clasificados y cables diplomáticos en lo que fue la mayor brecha de seguridad de este tipo en la historia militar de Estados Unidos. Por ello, los fiscales estadounidenses y los funcionarios de seguridad occidentales consideran a Assange un temerario enemigo del Estado cuyas acciones pusieron en peligro la vida de los agentes mencionados en el material filtrado.
El programador pasó siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres para evitar su extradición a Suecia, donde se le buscaba para interrogarle sobre una investigación por agresión sexual que posteriormente se abandonó. Sin embargo, fue sacado a rastras y encarcelado en 2019 por incumplir las condiciones de la fianza, y desde entonces permanece en prisión en Londres mientras se decide su caso de extradición.
Los partidarios de Assange dicen que es un héroe antisistema que ha sido víctima por haber sacado a la luz las irregularidades cometidas por Estados Unidos en los conflictos de Afganistán e Irak, y que su procesamiento es un asalto por motivos políticos al periodismo y a la libertad de expresión.
El caso ha cobrado relevancia esta semana, ya que los principales medios de comunicación que en un principio habían colaborado con el fundador de WikiLeaks en relación con el material filtrado han escrito una carta abierta en la que afirman que su procesamiento debe terminar.
Fuente: Diario https://www.rtve.es/noticias