Una jornada de violencia vivieron nuevamente en Santiago, capital de Chile, debido a marchas en protestas que coincidían con la fecha aniversario del golpe militar de 1973. Lo que inició como una protesta, prácticamente terminó como una guerra de guerrilla en inmediaciones de la sede del Ejecutivo trasandino con enfrentamientos con agentes de Carabineros.
Se reportaron graves disturbios, incendios y saqueos por parte de personas inadaptadas que realizaban previamente una manifestación en repudio de los 49 años del golpe que instauró en el poder a Augusto Pinochet. La violencia se extendió incluso a un acto que activistas de los Derechos Humanos realizaban en el Cementerio Central de Santiago, recordando a las víctimas del régimen militar.
Personal de Orden Público (COP) de Carabineros tuvieron que ser activados para evitar que la violencia se expanda. Varias bombas molotov fueron lanzadas a las fuerzas públicas que intentaban contener los actos vandálicos y en respuesta, carros hidrantes salieron a apagar incendios causados por estallidos de bombas caseras.
Ya con los ánimos calmos, el presidente chileno Gabriel Boric, emitió un comunicado que resaltaba que la democracia se construye con diálogo, respetando a quien piensa distinto, y nunca con violencia, en una intensión suya por calmar a aquellos que se encontraban preparando nuevas incursiones.
Continuó diciendo que esperaba que todos quienes reivindican este día lo entendieran y lo entendiéramos todos como país, porque si queremos salir adelante y volver a encontrarnos, que no me cabe duda es la voluntad de la gran mayoría de los chilenos, tiene que ser en paz y sin violencia, resaltó en parte de su mensaje expresado desde el Palacio de La Moneda.
