Ucrania ha pasado a la ofensiva y en sorprendentes maniobras ha logrado el mayor avance en el terreno, recuperando más de 2.000 kilómetros cuadrados en una semana. Desde la invasión de Rusia registrada el pasado 24 de febrero, esta maniobra fue calificada como el mayor e inesperado vuelco en esta contienda.
Rusia ordenó el repliegue de sus fuerzas en varios puntos estratégicos, lo que marca el segundo repliegue de las fuerzas de Moscú, desde el inicio de la invasión. El primer repliegue ya se había producido en marzo pasado cuando los rusos debieron abandonar las periferias de Kiev, por la catástrofe que significó, la falta de suministros, el terreno hostil y la resistencia los civiles ucranianos en los pueblos invadidos.
El repliegue ruso otorgó un éxito militar sin parangón en la contraofensiva de Ucrania. Esto les permitió recuperar unas 30 localidades al sureste de la provincia de Járkov, cuya capital del mismo nombre, se encuentra a menos de 50 kilómetros de la frontera rusa.
Rusia admitió el repliegue, aunque desde el Ministerio de Defensa ruso señalaron que esto forma parte de un plan “Para lograr los objetivos de la operación militar especial para la liberación de Donbás”, dando a entender que la retirada es solamente una medida de distracción.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski informó victorioso sobre la recuperación de los 2.000 kilómetros cuadrados, pero reclamó a sus aliados de occidente el envío de más armas.
