Las inundaciones en Río Grande do Sil, Brasil dejan 144 muertos y más de 2,1 millones de damnificados causadas por las fuertes lluvias, en momentos en que nuevos temporales amenazan con afectar aún más a la región, informaron este domingo las autoridades regionales.
El estado de Río Grande do Sul se encuentra en un punto de encuentro geográfico entre las atmósferas tropical y polar, lo que ha creado un patrón meteorológico con periodos de lluvias intensas o sequía. Los científicos locales creen que este patrón se ha intensificado debido al cambio climático.
Según los datos del último reporte de la Defensa Civil, los municipios afectados pasaron a ser 446, mientras que también hay 806 heridos y 125 desaparecidos. En total, 1.115.704 personas resultaron afectadas, de las cuales 537.380 quedaron sin hogar y 81.170 fueron acogidas en centros de acogida.
Situación dramática
Asimismo, el balance dice que los equipos de rescate han evacuado las zonas de riesgo a 76.399 personas y 10.555 animales. La situación más dramática se vive en Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, donde se han reportado al menos 144 muertos y 806 heridos y donde 446 de los municipios están afectados por las inundaciones, el 90% del total.
Los daños ocasionados por las inundaciones en Rio Grande do Sul se calculan en unos 18.839 millones de reales (3.700 millones de dólares), según el Gobierno regional. Por el momento, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció un paquete de ayudas de 50.000 millones de reales (9.800 millones de dólares) para ese estado, entre créditos y medidas asistenciales directas.
Con este nuevo dinero, ya se han puesto a disposición del estado más de 60.000 millones de reales en fondos federales, informó el gobierno federal en un comunicado el sábado.
Los temporales vuelven con fuerza
Las lluvias que habían dado una leve tregua desde el jueves regresaron este sábado a la región, aunque con una intensidad menor a la prevista por los expertos.
El Valle de Taquarí, en pleno centro del estado, continúa como una de las regiones más afectadas, así como Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, cuyo centro histórico permanece inundado tras el desbordamiento del río Guaíba.
En el extremo más meridional del estado, las aguas inundaron varios barrios de las ciudades de Pelotas y Rio Grande después de que la Lagoa dos Patos se desbordara, elevando su nivel a un metro y medio por encima de lo normal.
Afecta a todo el estado
Pero el caos se vive en todo el estado y hacia el norte de la región, en Bento Gonçalves, donde la situación también es lamentable y viven más de 125.000 habitantes, en su mayoría campesinos y agricultores.
Es el caso de Lairton Pavaretta, un agricultor de 52 años, que tuvo que irse a vivir con su familia y su madre enferma a donde un amigo en el municipio vecino de Tuturí, porque su casa quedó prácticamente destruida e inaccesible por los derrumbes.
“Estamos viviendo aquí porque allá no tenemos energía, no tenemos vías para salir, no hay cómo pasar por las inundaciones”, dijo consternado a EFE.
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