En los Estados Unidos de América, la leyes estatales de voto por correo, el sufragio preferencial, la segunda vuelta de Georgia y el ajustado resultado retrasan la definición de las elecciones en este país. Tanto el Partido Demócrata como el Partido Republicano tienen todavía posibilidades de ganar ambas cámaras del Poder Legislativo. Y aún están aguardando.
Estamos hablando de la primera potencia del mundo y aquí aún no sabemos el resultado de las elecciones legislativas. No es la primera vez que pasa ni será la última, escribe el analista, Miguel Giménez, en www.elpaís.com, desde Washington. Inclusive sostiene que los resultados se retrasarían más que durante las elecciones donde Joe Biden había ganado.
Entonces, donde está el problema: Giménez explica que las diferentes leyes estatales, el voto por correo, los sistemas de voto preferencial, la posibilidad de una segunda vuelta y, sobre todo, lo ajustado del resultado impiden certificar aún un ganador.
Lo que ocurre es que en los EE.UU. no existe un sólo sistema electoral. Ahí comienza el primer problema. A estas alturas, tanto el Partido Republicano como el Demócrata tienen posibilidades de ganar tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, dice. Es verdad que los republicanos mantienen una ventaja en la Cámara que los hace favoritos, pero por un margen de tres o cuatro escaños que no está en absoluto garantizado, agrega.
Si los demócratas ganan en los Estados en que van por delante y son favoritos y logran dar la vuelta a otros cuatro en los que la ventaja republicana es corta o el escrutinio va con mucho retraso (en Colorado, Oregón y dos en California), hay una posibilidad de que lleguen a la cifra mágica de los 218 escaños, la mayoría en una Cámara de 435 representantes. No es muy probable, no tienen margen de error, pero tampoco cabe descartarlo. A medianoche de este jueves el resultado era de 211-198 a favor de los republicanos, con 26 escaños pendientes de adjudicar, informó.
El Senado.
En cuanto al Senado, todo está abierto. Quedan tres asientos por definir y el que gane dos tendrá el control. Arizona y Nevada siguen contando los votos. En el primero tiene una amplia ventaja el candidato demócrata y en el segundo, una muy corta el republicano, pero queda escrutinio por delante y cualquier pronóstico es aventurado. Si cada partido ganase uno de esos dos Estados, todo quedaría pendiente de Georgia, donde ninguno de los candidatos ha superado el 50% y será necesaria una segunda vuelta el 6 de diciembre, señaló.
La gran pregunta.
Pero, ¿por qué tarda tanto el escrutinio? Hay que entender que estas no son unas elecciones con reglas comunes para todo el país. Cada Estado regula el proceso electoral a su manera. Además, no sólo hubo elecciones legislativas. Se vota por la Cámara de Representantes en todo el país y por el Senado en 34 Estados, pero además en muchos se vota al gobernador, al vicegobernador, al secretario de Estado, a comisionados, a jueces del Supremo estatal, de apelaciones y de distrito, a diversos fiscales, a los legisladores estatales, concejales, alcaldes, miembros de los consejos escolares…, manifestó el analista.
Otra de las razones por las que el escrutinio es complicado es que las papeletas son únicas para todas las votaciones y pueden ocupar varias páginas con decenas de casillas. Y estamos hablando del primer mundo.