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jueves, 21 de noviembre de 2024
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El Papa cierra la puerta a una inminente renuncia

El papa Francisco descartó una eventual dimisión, que califica de “hipótesis lejana” que sólo se produciría por “un impedimento físico grave”, aunque dice que cuando fue hospitalizado algunos en el Vaticano estaban “más interesados en la política, en hacer campaña electoral, pensando casi en un nuevo cónclave”.

El papa Francisco, de 87 años, volvió a dejar claro que no piensa en renunciar por el momento al pontificado, cuando se acaban de cumplir 11 años desde que fue elegido en marzo del 2013. Según asegura en una autobiografía que se publicará la semana que viene, una eventual dimisión es una “hipótesis lejana” que solamente llevaría a cabo en caso de un “impedimento físico grave”, pese a que, según cree, es algo que interesaría a algunos de sus opositores en la curia romana.

”Es cierto que el Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa, y que aquí se producen a menudo razonamientos y maniobras cortesanas, pero estos patrones deben abandonarse definitivamente”, señala en “Vida. Mi historia a través de la Historia”, la autobiografía que se publicará la próxima semana, pero que adelanta este jueves el Corriere della sera.

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El diario italiano publica extractos del libro escrito por el papa, de 87 años, con el vaticanista y su amigo personal Fabio Marchese, en el que repasa su vida, desde su infancia hasta la actualidad, y comenta grandes momentos históricos, desde los bombardeos nucleares en Hiroshima y Nagasaki o el golpe militar en Argentina hasta la pandemia.

Nunca pensé renunciar

“Hay quien estaba más interesado en la política, en hacer campaña electoral, pensando casi en un nuevo cónclave –dice el Pontífice, hablando de sus múltiples hospitalizaciones–. Estad tranquilos, es humano, ¡no hay que escandalizarse! Cuando el Papa está en el hospital, hay muchos pensamientos, también quien especula por sus propios beneficios personales o para vender periódicos. Por fortuna, pese a los momentos de dificultad, jamás he pensado en una dimisión”.

Sobre los ataques que recibió dice que le dolió el de que estaba “destruyendo el papado”: en el cónclave de 2013 “había un gran deseo de cambiar las cosas, de abandonar ciertas actitudes que desgraciadamente todavía hoy luchan por desaparecer. Siempre hay quienes intentan frenar las reformas, quienes querrían permanecer inmóviles en la época del papa-rey”, dice.

“Las cosas cambiarían si se produjera un impedimento físico grave, y en ese caso ya firmé al inicio del pontificado la carta con la renuncia que está depositada en la Secretaría de Estado. Si esto sucediera, no me llamaría Papa emérito, sino simplemente Obispo emérito de Roma, y me trasladaría a Santa María la Mayor para volver a ser confesor», recuerda el Pontífice, que ya anticipó hace un tiempo la existencia de esta carta.