El supuesto traficante de Armas, Diego Dirísio, fue apresado en Córdoba y Brasil lo requiere. Si bien Paraguay libró orden de captura internacional en su contra, en Argentina ya había un pedido de extradición por parte de Brasil.
“Quiero aclarar que Brasil es el país requirente por ambas personas. Ellos habían solicitado la extradición de ambos y enviado el código rojo), informó el comisario Julio Maldonado, jefe de la Interpol Paraguay.
Agentes de la División Investigaciones Federal de Fugitivos y Extradiciones detuvieron en la ciudad de Córdoba (Argentina), este viernes, al empresario Diego Hernán Dirisio y a su pareja, la exmodelo paraguaya Julieta Nardi, por una causa de tráfico de armas y lavado de dinero.
Los operativos, en los que no participó la Policía de Córdoba, se realizaron en horas del mediodía en la zona del Cerro de las Rosas, en el noroeste de la Capital. En la vía pública fueron detenidos los dos prófugos, dice una información del diario La Voz de la ciudad de Córdoba.
Relata que la pareja importaba armamentos importado de Croacia, Turquía, República Checa y Eslovenia, llegando a Paraguay de forma legal. A partir de aquí y producto de maniobras ilícitas, las ingresaban a Brasil. Los giros de dineros y pagos de fondos, eran enviados desde Paraguay a un cambista en Kansas, EE.UU., el cual desviaba los mismos hacia Europa con el fin de concretar los pagos por los cargamentos recibidos.
La tramitación de la importación era llevada a cabo por la Dirección de Materiales Bélicos en Paraguay, la cual también se vio afectada a la investigación ya que su máximo responsable habría pasado por alto algunos estándares de control, para facilitar tanto la entrada como la salida del país del armamento suministrado por dicha firma, dice el periódico.
Citando fuentes del Ministerio de Seguridad de Argentina, agrega que en ese marco, desde el año 2012 la empresa importó 25.000 armas que supuestamente fueron vendidas en Paraguay, pero fueron desviadas hacia los grupos terroristas PCC y el Comando Vermhelo, indicaron desde el Ministerio de Seguridad.
Los lotes de armas los adquiría un tercero, quien era el que tenía contacto con los grupos en Brasil, el cual para justificar las supuestas transacciones hacían pequeñas ventas de dos a tres armas a personas que no tenían capacidad financiera, muchas de ellas, empleados, jornaleros o estudiantes.
Además, para que los pagos no pudieran ser rastreados, la organización criminal hacía uso de “doleiros”, cambistas informales que operaban interconectados entre Paraguay y los Estados Unidos. Finalmente, antes de ser enviadas a Brasil, en Ciudad del Este se les borraban los números de serie a las armas, con el fin que no sea trazable la ubicación anterior del armamento, agrega la publicación.
Con estos datos, tras extensas tareas de inteligencia y fruto del fluido intercambio de información con Interpol Brasilia y en colaboración con agentes de la Unidad Operativa Federal (Duof) de Córdoba, personal de Interpol Buenos Aires logró identificar a los prófugos en la ciudad de Córdoba. Allí se dirigieron los efectivos y luego de vigilancias encubiertas, lograron detenerlos.