Daniel Noboa, con sus 35 años se convierte en el presidente más joven de la historia de Ecuador, asumiendo el cargo en medio de una crisis económica y social de los últimos años. Su llegada al poder no es casualidad, ya que detrás hay un linaje que lo precede.
Herencias de los Noboa
El apellido Noboa es reconocido por su círculo de poder. Luis Noboa Naranjo, bisabuelo de Daniel, fundador del Grupo Noboa, con imperio que incluye desde exportación de bananos hasta transporte marítimo. Su abuelo, Álvaro Noboa, fue candidato presidencial en cinco ocasiones, y su padre, Alvaro Noboa Pontón, también incursionó en la política y los negocios.
Dentro de la herencia incluye el desafío de liderar un país en crisis. Según datos públicos, Ecuador enfrenta una inflación del 4,5%, un desempleo juvenil que ronda el 12% y una deuda externa que supera el 60% del PIB.
Del sector privado a las políticas públicas
Noboa dirigió varias empresas del Grupo Noboa, incluyendo la exportadora de bananos Noboa S.A., una de las más grandes del país. En 2021 fue elegido asambleísta y, en menos de cuatro años, logró posicionarse como figura política.
Su campaña presidencial se centró en tres ejes: reactivación económica, seguridad ciudadana y empleo juvenil. Prometió reducir la burocracia estatal, atraer inversión extranjera y modernizar la infraestructura del país.
Los desafíos a los que se enfrenta
El equilibrio entre el discurso empresarial con las demandas sociales para su estilo de gobierno ha sido comparado con Gabriel Boric en Chile o Nayib Bukele en El Salvador, pero con menos margen de maniobra debido a la frágil economía ecuatoriana, según medios locales.
En sus primeros meses, Noboa enfrentó protestas por el alto costo de vida y críticas por su manejo de la seguridad, un tema clave en un país donde la tasa de homicidios supera los 25 por cada 100.000 habitantes.
Mientras el pueblo mantiene su confianza, a Noboa le esperan 4 años para cambiar el rumbo de su país.
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