El Tribunal Federal de Río de Janeiro, ordenó que el narcotraficante Marcelo Fernando Pinheiro, conocido como Marcelo Piloto, enfrenta un juicio popular por el asesinato de Lidia Meza Burgos, ocurrido en noviembre de 2018 en Paraguay. El brasileño, actualmente recluido en una prisión federal de máxima seguridad en Porto Velho, Rondônia, enfrenta la acusación de homicidio cuádruple con agravantes, incluido el propósito de garantizar la impunidad de crímenes anteriores cometidos en Brasil.
El feminicidio de Meza Burgos, ocurrido en una celda de la Agrupación Especializada en Asunción, un hecho que estremeció a la sociedad paraguaya y generó una reacción inmediata del Gobierno, recordó el medio de comunicación brasileño Globo News. Lidia, entonces de 18 años, fue atacada con brutalidad: recibiendo 53 puñaladas de parte de Piloto, quien supuestamente planeó el asesinato para retrasar su extradición a Brasil, creyendo que al enfrentar un proceso judicial en Paraguay, lograría permanecer más tiempo en prisión en el país.
Así fue como Marcelo Piloto la mató
La investigación reveló que Piloto atrajo a Lidia, quien ejercía la prostitución, bajo el pretexto de solicitar sus servicios. Según la denuncia del Ministerio Público Federal brasileño, Piloto la atacó después de mantener relaciones sexuales con ella, aprovechando que Lidia estaba desprevenida y sin posibilidad de defensa.
Los informes forenses describieron la violencia del ataque como particularmente cruel y destacaron que la joven, de contextura física delgada, no pudo resistir el violento asalto del narcotraficante.
En su declaración, una enfermera paraguaya, quien fue la primera en brindar asistencia médica a Lidia, relató el frío comentario de Piloto tras el ataque: «No se preocupe, doctor, ya pasó». Además, un agente de la Policía Nacional, testificó en Brasil sobre las palabras del narcotraficante, quien admitió haber matado a la joven cuando las autoridades lo confrontaron.
Creyó que atrasaría su extradición
El asesinato, ocurrido a solo días de la extradición de Piloto a Brasil, lo que provocó la intervención directa del entonces presidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien ordenó la expulsión inmediata del narcotraficante sin esperar la finalización del proceso judicial de extradición. Desde su retorno a Brasil, Piloto ha permanecido bajo estricta vigilancia en prisiones de máxima seguridad del vecino país.
El juicio popular en Brasil por el crimen de Lidia Burgos, marca un precedente en la justicia del vecino país, que llevará a Piloto ante un jurado por su conducta violenta y calculada en Paraguay. El caso ha reavivado el debate sobre las implicancias de mantener a narcotraficantes de alto perfil en cárceles locales, tanto en Brasil como en Paraguay, y las estrategias de seguridad requeridas para prevenir incidentes de esta naturaleza en centros de reclusión de alta seguridad.
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