En un operativo realizado por la Policía Federal del Brasil, varios paraguayos fueron rescatados de una fábrica de cigarrillos clandestinos que operaba en la ciudad de Duque de Caixias, ubicada al norte de la ciudad de Río de Janeiro en el Estado homónimo. Llegaron con los ojos vendados y ni sabían que estaban en Río.
Ayer lunes 20 de marzo, al rededor de 19 paraguayos fueron liberados luego de ser encontrados en situación inhumana, trabajando para un grupo que los mantenía fuera de su voluntad en una fábrica de cigarrillos clandestina. Las condiciones miserables de trato rememoran la época de la esclavitud en el vecino país.
El operativo, en el que participaron agentes de la Policía con el apoyo de funcionarios del Ministerio del Trabajo, tuvo lugar en Duque de Caxias, un violento municipio ubicado en el cinturón de la zona metropolitana de Río de Janeiro, gobernado prácticamente por el tráfico de entorpecedores y con altos números de criminalidad.
Operación Libertatis
La llegada de las autoridades fue en absoluto sigilo, tanto que al irrumpir en el recinto se encontraban aún en plena tarea de trabajos. Se percataban que los compatriotas vivían dentro del mismo predio donde los explotaban en condiciones lamentables, teniendo que realizar tanto sus necesidades como alimentación en el mismo sitio.
Además el aspecto de los mismos era como si hasta tomar un baño sea un premio para estos por el completo estado de abandono higiénico con lo que se encontraban. Además vivían entre animales, alimañas y residuos de elaboración de cigarrillos según expresaros las autoridades intervinientes.
A la misión de los federales, se la denominó “Operación Libertatis”, un conjunto de incursiones que realiza la corporación policiaca en búsqueda de la represión a las organizaciones criminales que se dedican al crimen de tráfico de personas, reducción y condición análoga a la esclavitud, fraude comercial y otros.
Las autoridades mencionaron, que a los paraguayos se les obligaban a trabajar 12 horas diarias durante los siete días de la semana, en dos turnos, sin descanso semanal, sin remuneración y sin los equipos apropiados.
Las personas afirmaron a las autoridades que fueron trasladadas a Brasil con los ojos vendados desde Paraguay bajo la promesa de que trabajarían en producción de ropa. Como tenían restringida la movilidad, desconocían que estaban en Río de Janeiro.