Una aeronave de viajes cortos de procedencia francesa, un ATR-72 con 68 almas a bordo, se precipitó a tierra este domingo en Nepal. Los primeros informes relatan que no hubo sobrevivientes y una ciudadana argentina se encuentra entre los que desaparecieron en la trágica caída.
Cerca de las 10:30 hora local, un avión bimotor turbohélice ATR 72-500, salió de Katmandú la capital nepalí, haciendo un vuelo interno con destino a Pakhara a casi 200 kilómetros en un vuelo que suponía al menos media hora, informaron medios oficiales. Ya en las maniobras previas al descenso, mencionan que una microráfaga haya sido la causante de la desgracia.
El pasaje estaba completo con los 68 pasajeros en sus asientos más la tripulación de dos pilotos y sobrecargos. Nada hacía presagiar que sería un vuelo fuera de lo común y más aún porque las condiciones meteorológicas se encontraban optimas para realizar la travesía.
Este tipo de vuelo es frecuentemente utilizado por ciudadanos extranjeros que visitan el país asiático, maravillados por su turismo único. Entre los fallecidos y según fuentes oficiales, se encontraban ciudadanos extranjeros provenientes de Irlanda, Francia, rusos, coreanos y hasta provenientes de India. Llamó la atención que en el manifiesto mencionaba la presencia de una ciudadana argentina en el vuelo, su identidad fue rápidamente confirmada sospechándose lo peor.
Debido a la dificultad de obstáculos en la geografía de Nepal, por la cantidad de montañas que componen su territorio, la mejor forma de viajar entre puntos alejados es por una red de aeropuertos instalados en lugares tan impensables como la cima de cerros. Por ello los viajes siempre son turbulentos por necesariamente pasar sobre corrientes de aire que viajan entre laderas.
Es esto lo que pudo haber ocurrido al vuelo de Yeti Airlines, operadora local que ofrecía el viaje en el ATR-72 siniestrado. Mientras este venía pasando sobre un poblado en su operación de aproximación a su destino, es posible que un chorro de aire haya apretado una parte de la aeronave, empujando al aparato contra la ladera de una montaña como se aprecia en las imágenes captadas minutos antes de caer.
Una ciudadana argentina en el vuelo
Con la misma fuerza del aeroplano estrellado, sorprendió la noticia que una ciudadana argentina venía entre los 68 pasajeros y la tripulación. Se trataba de Jannet Sandra Palavecino (57), una turista de Neuquén Argentina.
Ella se encontraba visitando Nepal en carácter empresaria de turismo y le gustaba realizar este tipo de actividades ya que era su muy apasionado del conocimiento de sitios y aprovechaba todo lo que podía para hacer cualquier recorrido. Amaba su trabajo.
En su propia cuenta de redes sociales, se autodenominaba como apasionada de las montañas, las bicicletas, su huerta y el campo. Dejó dos hijos y una vida dedicada a los viajes.
La operación de búsqueda y rescate se vuelve cada vez una odisea por el terreno con profundas laderas donde incluso ya se perdieron esperanzas de rescatar sobrevivientes. No obstante los equipos de rescate se encuentran haciendo hasta lo imposible por rescatar los cuerpos y restos que den más pistas sobre la causa del accidente.