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viernes, 22 de noviembre de 2024
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META da un paso adelante y pone a trabajar la IA mirando a la diplomacia

Elvio Venega*

Recientemente un nuevo escenario aplicable al mundo de la diplomacia propuso la empresa META, conocida hasta hace poco como Facebook Inc. Se trata de un modelo de Inteligencia Artificial (IA) diseñado para un juego de estrategias que pueden ser aplicadas en ámbitos de negociaciones diplomáticas.

Su nombre es Cicero, un sistema capacitado para ofrecer un desempeño y tomar decisiones a niveles similares a la de un ser humano en el popular juego de estrategia llamado “Diplomacy”, en el que se requiere generar confianza, negociar y cooperar con múltiples jugadores. Meta hizo la presentación de este modelo el pasado 22 de noviembre, en su cuenta oficial de Twitter (https://twitter.com/MetaAI/status/1595075884502855680), señalando que se trata de la primera inteligencia artificial en lograr un rendimiento a nivel humano.

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Si bien básicamente se trata de un “juego”, la idea que subyace es la de un modelo diseñado para la diplomacia, capaz de negociar con otros y llegar a alianzas. Según ProtocolToday, una organización internacional que opera en La Haya, Países Bajos, experta en protocolo y habilidades interpersonales, la inteligencia artificial tiene a la diplomacia y a las negociaciones como uno de los principales desafíos, pues para resolver los “problemas” no solo son necesarias habilidades de razonamiento y comunicación, sino también entender las motivaciones de otros actores y qué les impulsa a actuar de tal o cual manera.

Los desarrolladores de Meta sostienen que “la diplomacia ha sido considerada durante décadas como un gran reto casi imposible en la IA porque requiere que los jugadores dominen el arte de entender las motivaciones y perspectivas de otras personas, hacer planes complejos y ajustar las estrategias, y luego utilizar el lenguaje natural para llegar a acuerdos con otras personas, y convencerlas de que formen alianzas”.

Experiencias anteriores

La innovación presentada por Meta no es la primera y única experiencia que busca incorporar la inteligencia artificial en el ámbito de la diplomacia. En julio de 2018, el canal RT de noticias por televisión, con sede en Moscú, publicaba que “China planeaba utilizar la inteligencia artificial en su diplomacia”, con el objetivo de que la misma le ayude “a tomar decisiones en la política exterior”.

Dicha información, que citaba como fuente a “South China Morning Post”, daba cuenta que la referida nación asiática estaba “desarrollando varios prototipos de un sistema diplomático a base de inteligencia artificial, mientras que un dispositivo ―en etapa experimental― ya está siendo utilizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores”, cuya versión inicial “está siendo operada por el Departamento de Seguridad Exterior”.

Un portavoz del ministerio chino indicó al citado medio que “la tecnología avanzada, incluyendo las bases de datos y la inteligencia artificial, está causando cambios profundos en la forma en que las personas trabajan y viven” y que es necesaria que la cancillería “se adapte activamente a la tendencia y el uso de tecnología emergente para mejorar el trabajo”.

Aunque todavía -en aquel momento- el sistema no era capaz de tomar decisiones estratégicas, una experta del Instituto de Ciencias Geográficas y de Investigación de Recursos Naturales de la Academia de Ciencias de China afirmaba que el prototipo de simulación y predicción del entorno geopolítico, había examinado “casi todos los proyectos de inversión extranjera” en los últimos años, y el dispositivo mostró “resultados alentadores” en la evaluación de riesgos o la predicción de eventos como la agitación política o ataques terroristas.

Recientemente otra experiencia similar la llevaron adelante investigadores de las universidades de Oxford y Warwick, donde han desarrollado un modelo que utiliza el “machine learning” (aprendizaje automático) para analizar los diálogos de paz en Yemen y ayudar a los mediadores. Otro sector donde los investigadores están trabajando es en la “mediación de conflictos”. Por ejemplo, en 2018, el Departamento de Asuntos Políticos de la ONU lanzó una iniciativa que se conoció como “cibermediación”, para explorar “cómo la tecnología digital está impactando el trabajo de los mediadores en prevenir y resolver conflictos violentos en todo el mundo”.

Hoy día, la experiencia de aplicar la mediación a distancia, empleando herramientas informáticas, se ha convertido en un instrumento ampliamente utilizando en ámbitos jurídicos con resultados positivos, que se potenciaron durante la pandemia de la Covid-19. En el 2021, con el fin de ayudar a los países en la negociación de acuerdos comerciales, dándoles información sobre los aranceles, acuerdos vigentes y flujos comerciales bilaterales, las Naciones Unidas creo TINA, un algoritmo que incorpora la inteligencia artificial, con el objetivo de ayudar a los Estados miembros de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (UNESCAP en inglés) para mejorar el comercio en apoyo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. TINA es el acrónimo de Trade Intelligence & Negotiation Adviser (Asesor de Inteligencia Comercial y Negociación).

La ONU ha utilizado también la inteligencia artificial para identificar cómo impactan los “influencers”, la desinformación y los “trending topics” en Twitter, en el aumento de posturas radicales de los jóvenes en Somalia. En un artículo publicado en Euronews con el título; “Future wars will be waged with robots. But so might future peace”, firmado por Daanish Masood y Martin Waehlisch, oficiales de Asuntos Políticos en el Departamento de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la ONU, afirma que en las Naciones Unidas se ha estado explorando escenarios completamente diferentes para la IA: su potencial para ser utilizada para los nobles propósitos de la paz y la seguridad. Esto podría revolucionar la forma en que prevenimos y resolvemos conflictos a nivel mundial”.

El camino hacia la inteligencia artificial

La evolución de la ciencia nos ofrece elementos para entender de dónde surge la inteligencia artificial. Los hitos que han dejado importantes matemáticos como el inglés Thomas Bayes, quien en 1812 con su Teorema de Bayes, otorga el primer antecedente. Aquel matemático, con su teoría, definió la probabilidad de que un evento ocurra basándose en el conocimiento de las condiciones previas que pudieran estar relacionadas a dicho evento.

Más adelante, en 1940, otros científicos sentaron las bases de la programación informática y con estos precedentes, en 1950, el también matemático Alan Turing planteó por primera vez la pregunta de si es posible que las máquinas puedan pensar. Así se instaló la idea de la creación de computadoras de “inteligencia artificial”,capaces de replicar de forma autónoma tareas típicamente humanas como la escritura o el reconocimiento de imágenes.

Entre las décadas de 1950 y 1960, distintos científicos empezaron investigar cómo aplicar la biología de las redes neuronales del cerebro humano para tratar de crear las primeras máquinas inteligentes. Un 24 de febrero de 1956, un programa de ordenador diseñado por Arthur Samuel, investigador de IBM, derrotó a una persona jugando a las damas. El evento fue televisado y generó expectativa y temor entre los televidentes, que consideraban era una de “las primeras batallas hombre-máquina”. Este episodio significativo no tardaría en repetirse con otros juegos de máquina, como el ajedrez, (donde es derrotado el mismísimo Kasparov en 1997). Hoy, ese tipo “batallas hombre-maquinas” se ha extendido al “backgammon” o el juego chino Go (en 2016 una IA de nombre AlphaGo venció al 18 veces campeón mundial del milenario juego chino Go, Lee Sedol). Se percibe que algunas máquinas ya juegan por sí solas mejor que ningún humano.

Beneficios de la IA en la diplomacia.

Con la llegada de internet y el gran volumen de datos disponibles, el panorama de las experiencias digitales empezó a cambiar. Internet se convirtió en la principal herramienta de comunicación y trabajo y el medio a través del cual muchos estados mediante sus ministerios de Relaciones Exteriores y funcionarios desarrollan y comunican sus intereses en entornos digitales, además de los canales tradicionales.

Sin duda, la diplomacia moderna ha dejado de soslayar definitivamente lo digital. Hoy la red social o plataforma digital más fuerte para accionar la diplomacia digital es Twitter, después de las páginas web oficiales. También están presentes los canales de comunicación diplomáticos como Instagram, Facebook, y YouTube. En los últimos tiempos ha llamado mucho también la atención el uso de “TikTok”, que sorpresivamente se ha convertido igualmente en una red útil para la diplomacia digital. Pero muchas organizaciones vinculadas a las relaciones internacionales han dado un paso adelante y apuntan hacia la inteligencia artificial. En ese sentido, algunos estudios sostienen que esta herramienta aplicada en la diplomacia permitiría, entre otros, superar barreras culturales y de idioma “enseñando” a las computadoras a comprender el lenguaje humano y los matices de los dialectos.

Especialistas sostienen que combinando los métodos de aprendizaje automático con los “bots” (programa que realiza tareas repetitivas, predefinidas y automatizadas), se pueden conformar grupos de discusión digitales a gran escala, con miles de personas en tiempo real, permitiendo que diferentes segmentos demográficos de un país expresen sus puntos de vista sobre, por ejemplo, un acuerdo de paz, buscando el apoyo público, e indicando las posibilidades de lograrlo. Expertos de la ONU, aseguran que la IA puede ayudar a generar alertas tempranas detectando discursos de odio en lugares de potencial de conflicto.

La Inteligencia Artificial en Paraguay

Según una reciente publicación, en Paraguay ya existen empresas financieras y de telecomunicaciones que usan IA para buscar patrones de comportamiento del cliente o para recomendar servicios. Sin embargo, el desarrollo en el campo de la diplomacia se encuentra en una etapa de creciente experiencias positivas, quizás no lo suficiente, pero en un proceso alentador. Ese es el caso de la implementación, en el Ministerio de Relaciones Exteriores de un sistema de lectura de identificación de documentos y de otros proyectos en curso para el futuro.

Los avances en la irrupción tecnológica en la citada institución puede considerarse un camino positivo que se ha comenzado a transitar con importantes experiencias como la instalación del SIMORE y SIMORE PLUS (un mecanismo que vincula el seguimiento de las recomendaciones internacionales de derechos humanos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS y sus metas) que, si bien, aún no es propiamente una IA, su funcionalidad conduce hacia ese camino.

Según fuentes informáticas, el ministerio se encuentra trabajando en un sistema inteligente (SIEX) para brindar apoyo a los procesos de las exportaciones, que será utilizado para identificar nichos de mercados y oportunidades para productos nacionales. El prototipo de esta IA, ya está en curso y su implementación sería cuestión de tiempo y financiación.

Sin embargo, fuera del terreno diplomático existen algunas experiencias también alentadoras. Es el caso de una iniciativa que se denominó “ParaEmpleo”, que en 2016 había impulsado el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS), con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el objetivo de un modo simple y en tiempo real reunir a personas, empresas, puestos de trabajo y proyectos que se complementan entre sí de acuerdo con las necesidades del mercado laboral. El sistema utiliza la IA para analizar las capacidades específicas de cada postulante y conectarlos con oportunidades laborales. La tecnología analiza los datos de ocupación y empleo mediante algoritmos de aprendizaje profundo (Deep Learning) y grafos de conocimiento (Knowledge Graphs) para encontrarles vacantes de trabajo de manera eficiente y precisa.

Otra experiencia novedosa de futura aplicación de la IA en Paraguay se había anunciado en el 2021. Se trataba de la adquisición, para el Poder Judicial, de un software con Inteligencia Artificial (AI) de origen argentino denominado “Prometea”, para aplicarlo en la Sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a fin de mitigar la morosidad y optimizar procesos burocráticos. Este software, según el anuncio de prensa de aquel entonces. serviría para preparar automáticamente dictámenes judiciales a través de la utilización de un sistema de inteligencia artificial y machine learning supervisado.

Conclusión

El actual escenario de las nuevas tecnologías del conocimiento, inserto en ella la inteligencia artificial es cada vez más relevante en la formulación de políticas, la prestación de servicios e interacción con los ciudadanos. En el ámbito de la política exterior, predecir y diseñar escenarios a través del análisis de datos y del desarrollo de algoritmos, puede propiciar mayor capacidad de anticipación propositiva en la toma de decisiones hacia objetivos fundamentales.

Sin embargo, no se debe caer en el error de que la IA puede remplazar el tradicional proceso de negociación, volviéndose estás en agentes diplomáticos en sí mismas. Negociar es un arte que la diplomacia tiene aún a buen resguardo de la liberalidad y los excesos de la “digitalidad” y las redes sociales. Es una sustancial virtud que tiene un agente diplomático, abocado a las relaciones internacionales.

Raimundo Bassols, diplomático español retirado, de gran experiencia en las negociaciones y autor del libro “El arte de la negociación” sostiene que “la negociación es una conversación, una fórmula de dialogo que contribuye a resolver conflictos internacionales”. Cree que además de un oficio “es un arte y un instrumento para que dos o más partes traten de resolver sus problemas de interés común a través del dialogo, y llegar a un acuerdo que permita una situación más satisfactoria que la que existía sin la negociación”. Por ende, un espacio al que nunca renunciaría la diplomacia es a los diálogos interpersonales.

No se puede soslayar que el diseño de algoritmos ayude a mejorar la comprensión y gestión de escenarios complejos. Sin embargo, a la hora de negociar y relacionarse, las decisiones de las personas no podrán ser sustituidas por el análisis de macrodatos. Por tanto, por ahora, es muy probable que la IA sólo sea usada como una herramienta para los tomadores de decisión y para el análisis de grandes cantidades de informaciones, sin remplazar a las negociaciones diplomáticas.

Fuentes

https://www.newtral.es/inteligencia-artificial-diplomacia/20221127/

https://www.softonic.com/articulos/cicero-inteligencia-artificial-humana

https://www.diplomatie.gouv.fr/es/politica-exterior/diplomacia-digital/diplomacia-de-influencia-digital/

https://protocoltoday.nl/es/inteligencia-artificial-en-la-diplomacia/

Experimentar con Big Data e IA para apoyar la paz y la seguridad • UN Global Pulse

Supporting peace negotiations in the Yemen war through machine learning | Data & Policy | Cambridge Core

https://actualidad.rt.com/actualidad/283221-china-utilizar-inteligencia-artificial-diplomacia

www.exteriores.gob.es/es/ServiciosAlCiudadano/PublicacionesOficiales/En%20prospectiva,%20n%C2%BA6.pdf

Raimundo Bassols Jacas, El arte de la Negociación. CEU Editores. 2016

(*) Elvio Venega es abogado y Comunicador Institucional