Leticia Ocampos, la actual primera dama de Paraguay, asume su rol con un enfoque renovador, combinando su formación como arquitecta y su experiencia internacional para impulsar el bienestar social. En una entrevista exclusiva con La Tribuna, Ocampos comparte su visión para transformar su cargo en un motor de cambio social, priorizando a las familias paraguayas con acciones enfocadas en salud, educación y trabajo digno.

Entre sus logros se destacan la revitalización de la calle Palma, (con Palma Brilla), la feria Palmear, que rescató la tradición de los paseos sabatinos por la calle Palma y que reúne cada sábado a familias, artesanos y artistas.

En otras áreas tuvo activa participación en eventos emblemáticos como los IV Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales Asunción 2024, donde resalta la importancia de la inclusión y la diversidad como pilares para una sociedad más justa.

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¿Cuáles son sus principales objetivos y prioridades como Primera Dama, y cómo espera lograrlos durante su mandato?

Mi mayor objetivo es revitalizar el Centro Histórico de Asunción, es un espacio que considero fundamental para nuestra cultura, economía y memoria. Como arquitecta, mi pasión en recuperar y revitalizar estos lugares emblemáticos nace del deseo de devolverles su brillo y convertir en espacios activos para la comunidad. Iniciativas como la Feria Palmear creo que marcaron un punto de partida al reunir a familias, emprendedores y artistas, transformando cada sábado en una oportunidad para compartir y reactivar el corazón de Asunción, Este trabajo para mí es un símbolo de lo que podemos lograr cuando articulamos esfuerzos entre instituciones y la sociedad civil.

Otra prioridad es el bienestar de la niñez. Desde la Oficina de la Primera Dama, acompañamos proyectos como Familias de la Guarda, que busca brindar hogares temporales seguros y amorosos a niños en situación de vulnerabilidad. También apoyamos iniciativas inclusivas, como la entrega de sillas de ruedas a los 17 departamentos del país, y esto representa una herramienta esencial para derribar barreras físicas y generar mayor igualdad.

¿Qué iniciativas, además de Palma Brilla, ha decidido apoyar, y qué criterios utiliza para seleccionarlas?

Además de proyectos como Palma Brilla y la Feria Palmear, respaldamos iniciativas que promueven el bienestar infantil, la inclusión y el empoderamiento de las mujeres. Por ejemplo, el programa Familias de la Guarda está siendo clave para garantizar que los niños y niñas que se encuentran institucionalizados puedan crecer en un entorno familiar seguro. También acompañamos la construcción de, para el 2025, 20 centros de atención integral que aseguran educación, nutrición y cuidado en los primeros años de vida, la idea es llegar a 100 para el 2028.

Otro aspecto fundamental es la inclusión, como ya comenté entregamos sillas de ruedas, andadores y bastones a personas con discapacidad en todo el país, en colaboración con la República de China-Taiwán. Como Madrina de Asunción 2024 Olimpiadas Especiales, me sentí muy honrada de apoyar a los atletas y sus familias, celebrando ese espíritu de superación y amor que nos enseñan. Y respecto a los criterios que aplico para seleccionar iniciativas, nos basamos en su impacto real y sostenible, buscando siempre articular esfuerzo y garantizar que las soluciones lleguen a quienes más necesitan.

¿Cómo definiría su rol como Primera Dama y cómo ha evolucionado su percepción de este cargo con el tiempo?

Defino mi rol como el de una articuladora de esfuerzos, alguien que convoca a los distintos sectores para trabajar en equipo y generar soluciones concretas. Desde un inicio, entendí que la Oficina de la Primera Dama debía ser un espacio para coordinar acciones y aprovechar las fortalezas de cada institución, con el objetivo de lograr un impacto real. Por ejemplo, en proyectos como la revitalización del Centro Histórico de Asunción, articulamos el trabajo del sector público, privado y la sociedad civil para lograr que estos espacios recuperen su vida.

Con el tiempo, comprendí que este cargo también tiene una gran carga social social. Desde la inclusión, con la entrega de sillas de ruedas y mi compromiso con las Olimpiadas Especiales, hasta el apoyo a las familias y la niñez, asumí la misión de trabajar por los sectores más vulnerables. Respecto a la percepción de mi rol creo que evoluciona a medida en que veo los resultados de proyectos inclusivos, culturales y de desarrollo, que generan cambios significativos en la vida de las personas.

¿Qué logros destacaría de su tiempo como presidenta de la Alianza de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes (ALMA)?

Durante mi tiempo al frente de ALMA, logramos promover iniciativas enfocadas en empoderar a las mujeres y proteger a los niños y niñas de la región. Esta plataforma nos permitió unir esfuerzos con otras Primeras Damas para desarrollar políticas y programas en áreas prioritarias como la salud comunitaria y la promoción de la lectura. La colaboración fue un pilar clave para fortalecer estos proyectos, asegurando que cada país pudiera aportar sus buenas prácticas y aprender de las experiencias compartidas.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las mujeres y niñas de Paraguay?

A las mujeres y niñas de Paraguay quiero decirles que son la fuerza y el futuro de nuestro país. Cada una tiene un talento y un propósito que merece ser reconocido, así que no permitan que los desafíos limiten sus sueños. La educación, la cultura y el trabajo son herramientas que nos empoderan y nos permiten transformar nuestra realidad y la de nuestras familias. Como mujeres, tenemos un rol fundamental en la construcción de una sociedad más justa y por sobre todo más inclusiva.

¿Cómo ha influido su formación en arquitectura en el diseño y planificación de proyectos sociales?

Mi formación como arquitecta es fundamental para comprender la importancia de los espacios en la vida de las personas y en la construcción de comunidades. Esta visión me permitió desarrollar iniciativas como la Feria Palmear, que no solo revitaliza el Centro Histórico de Asunción, sino que le convierte en un espacio de encuentro y dinamización económica y cultural. Los proyectos deben tener una base sólida y ser pensados a largo plazo, y ese enfoque arquitectónico lo aplico en cada acción que impulsamos.

En proyectos como la construcción de centros de atención integral para la primera infancia, mi formación me ayuda a visualizar la funcionalidad y el impacto de estos espacios. No se trata solo de construir edificios, sino de crear lugares que transformen la vida de quienes los utilizan. Cada proyecto social debe ser planificado con sostenibilidad e inclusión, asegurando que llegue a las personas que más lo necesitan.

¿Qué desafíos ha enfrentado al equilibrar su vida familiar con sus responsabilidades públicas?

Equilibrar mi vida familiar con las responsabilidades de mi cargo es uno de los desafíos más grandes, pero también uno de los más enriquecedores. Mi familia es mi principal refugio y mi inspiración diaria. El apoyo que me dan, me da esa fortaleza para enfrentar los retos que surgen todos los días Al mismo tiempo, entiendo que el rol que desempeño conlleva un compromiso con las familias paraguayas, especialmente con los niños, quienes son el futuro de nuestra nación.

Aprender a organizar mi tiempo y priorizar lo que realmente importa es clave para lograr ese equilibrio. La cercanía con mis hijos Gonzalo y Cos y con Santi me recuerda cada día por qué trabajo, y es por el bienestar de las familias y por un Paraguay más justo. Como siempre le digo a Santi, cada vez que vas a tomar una decisión importante, pensá en la gente, en la gente que más necesita. Ahí está la clave.

¿Qué ha aprendido de esta experiencia y cómo cree que la ha transformado como persona?

Esta experiencia me enseña todos los días el valor del trabajo en equipo y la importancia de la empatía. Ser Primera Dama me permite conocer de cerca las realidades que viven muchas familias paraguayas, escuchar sus historias, sus desafíos y sus sueños. Te enseña el don de la paciencia, porque uno se da cuenta de que el cambio no siempre es inmediato, pero cada acción, por pequeña que parezca, puede transformar una vida. Como persona, esta experiencia me hace más fuerte, sensible y por sobre todo consciente. El cargo te hace comprender la responsabilidad que conlleva este rol y el impacto que podemos generar cuando trabajamos con compromiso y corazón

¿Cómo cree que ha cambiado la figura de la Primera Dama a lo largo de la historia, y qué papel considera que debería desempeñar en la sociedad contemporánea?

La figura de la Primera Dama fue evolucionando con el tiempo. Históricamente, el rol estuvo muy limitado a un acompañar, con una presencia más simbólica que activa. Sin embargo, hoy en día, la sociedad espera que la Primera Dama sea una líder proactiva y articuladora, que utilice su posición para impulsar proyectos concretos que beneficien, especialmente a los sectores más vulnerables. Y esta evolución refleja los tiempos modernos, donde las mujeres asumimos roles de liderazgo con mayor fuerza.

¿Cuáles considera que son los mayores desafíos y recompensas de ser Primera Dama?

Uno de los mayores desafíos de ser Primera Dama es equilibrar las expectativas con las acciones concretas que pueden llevarse a cabo. Este rol está siempre bajo la mirada pública, lo que requiere transparencia y responsabilidad en cada paso. Además, hay una gran expectativa de resultados en áreas como la inclusión social, la niñez y el empoderamiento de las mujeres. La clave para enfrentar estos desafíos es tener un enfoque claro, saber priorizar y trabajar en equipo para generar un impacto sostenible.

Entrevista de: Asdrúbal Fretes

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