Una Navidad con olor a robo por los precios altos

Todas las familias tienen derecho a una Navidad con una mesa digna que tenga lo mínimo para compartir entre seres queridos. Sin embargo, los precios ofertados en los supermercados no tienen consideración con el ambiente navideño. Es que diciembre, hasta incluyendo el aguinaldo, es un tiempo duro para el trabajador. Lo es para el que gana el salario mínimo. Es también para quien recibe dinero por tareas específicas. Ni que decir para el sub empleado. Ni hablamos de quien no tiene ingresos.

Este Editorial elude los números macroeconómicos y apuesta al sentir de la ciudadanía que hace compras. Así, casi de manera tosca, pero buscando provocar una respuesta, preguntamos si corresponden los precios de ciertos productos que están en los puestos de venta. Tenemos la lista de tarifas, pero dejamos que la gente responda, a su sentir y entender. ¿Corresponde el precio actual de la carne en un país productor?. ¿Puede o no debe luego una familia común tentar colocar unos kilos de carnaza negra en su mesa?

Es posible que muchos ni puedan comprar el kilo de carnaza blanca. Mucho menos podrán pagar por el peceto para el tradicional vitel toné. Hasta la carne porcina tienen un valor alto en la semana de Navidad. Los precios, definitivamente, están casi inalcanzables para esa franja de trabajadores del cual hablamos más arriba. Parece que el furor de los aguinaldos, azuzan, aún más, la voracidad de los supermercadistas. Los panificados, queso, lácteos, también tienen incrementos.

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Los productos para la sopa paraguaya y el chipa guasú están con montos que luego no van a figurar en los porcentajes de la canasta familiar que entregará a finales de diciembre el Banco Central del Paraguay (BCP). Ya ni mencionamos otros ítems que hacen al costo de vida, como el combustibles y demás, pues la idea es concentrarnos en lo difícil que será el derecho a una Navidad digna, con una buena mesa para millares de compatriotas, en buena parte por el abuso en los precios de los supermercadistas.

Ya saldrán a desmentir lo que decimos o aparecerán los técnicos macroeconómicos a tararear que no es tan así. Sin embargo, sabemos que las amas de casas y quienes acuden asiduamente a los super nos darán la razón. Llama la atención que hay poca información sobre los precios en los locales comerciales, aunque además de los importes corresponde observar tanta angurria empresarial. Conste que hablamos de los mismos supermercadistas, que hacen campañas contra «el contrabando» de doña María pero ignoran los grandes contrabandos que luego se comercializan, como si nada, en sus grandes cadenas de supermercados.


No queremos exagerar, pero no iremos lejos sí decimos que en plena Navidad, con el argumento de la libertad de mercado, algunos comerciantes supermercadistas y afines, están haciendo un robo a la población paraguaya. Todo se hace en medio del show de las tan promocionadas internas partidarias, que tienen como protagonistas a políticos incapaces de alzar la voz ante el pillaje que se hace a la mayoría desprotegida de consumidores del Paraguay.