La prioridad del Gobierno debe ser el bienestar de la gente. Los indicios indican que el presidente Abdo Benítez está más concentrado en la campaña electoral que en la atención de la realidad económica del país. Debe tener cuidado con la suba en la cotización de la moneda norteamericana y la amenaza de la inflación. Pues no sólo golpearan a la población mayoritaria, sino que pueden desencadenar una irritación social. De hecho, Asunción en éstos días es epicentro de varios reclamos ciudadanos.
El dólar llegó a 7000 para el cambio minorista. Según los entendidos, eso fue por la mayor demanda para la importación de productos y menor ingreso de divisas por una disminución en la exportación de soja, en comparación al año anterior, y de otros factores. Como sea, el aumento en el precio del dólar incide en la canasta familiar. Éste último no es un detalle menor. De hecho, hay un desfasaje entre los datos del costo de vida que emite el Banco Central del Paraguay (BCP) y la percepción o sensación que real que sufre el consumidor a la hora de hacer sus compras.
No debe olvidarse que los sucesivos aumentos de los combustibles (nafta y gasoil) ya dejaron sus secuelas en la economía familiar con la suba de precios. Tal situación más una escalada del dólar va a significar mayores incrementos en los precios de los consumos necesarios y básicos. Eso conllevaría al riesgo en la tasa inflacionaria, que afectará el bolsillo de la gente.
El Gobierno, que se está yendo, debe priorizar su atención en la tranquilidad de la población. Es un juego peligroso que su mayor tiempo dedique a la campaña electoral y subestime la reacción de la población ante una situación económica que incomoda. Es para tener en cuenta que el costo de vida en agosto pasado fue 10,5%, según el propio informe oficial del Banco Central, que de por sí es alto, y preocupante.