Los ternados para la fiscalía general del Estado son figuras parte hoy de la estructura pública. Entre los tres, quién viene con más salpicones es la candidata del Poder Ejecutivo. Además de ser en su momento ministra de Justicia fue asesora de seguridad de la misma Presidencia de la República y hasta abogada del primer «significativamente corrupto», González Daher. El presidente del Colegio de Abogados del Paraguay, Manuel Riera, ya advirtió que hay repetición de vicios en la propuesta que salió del Consejo de la Magistratura.
Quiénes siguen nuestras publicaciones sabrán que desde el principio hicimos hincapié en la necesidad de la formalidad en el proceso de confección de la terna para la fiscalía general. Además de eso, habíamos reclamado transparencia, que ante las quejas de los propios participantes, es evidente que hay dudas sobre la confianza en algunos miembros del Consejo de la Magistratura. Igualmente hicimos mención en que entre los ternados no debía estar personas ligadas o cercanas al poder de turno.
Vemos hoy una terna integrada por dos magistrados. Uno ya con quejas encima. El otro, en apariencia, con mejor imagen. Sin embargo, ambos son parte de sistema de años dentro del Poder Judicial, instancia que no se salva de las críticas de parte de la sociedad; al contrario, es una de las instituciones más cuestionadas por considerársela la pata más importante para la impunidad con los hechos de corrupción pública.
La más averiada entre los tres es la pieza del Gobierno. Ella fue abogada de personas que hasta hoy tienen procesos con la Justicia, como el caso del diputado Cuevas, quien busca actualmente llegar al Senado. Incluso defendió a uno de los primeros designados «significativamente corrupto», como fue Óscar González Daher, también fue abogada de su hijo. Eso sin entrar a detallar la cantidad de verdaderos «pesos pesados» que lograron fugarse de las prisiones cuando Cecilia Pérez era ministra de Justicia, entre los que estaban miembros del criminal Primer Comando Capital (PCC).
Sólo queda expresar nuestra coincidencia con el titular del Colegio de Abogados en el sentido que no haya estado en la terna ningún independiente o profesional que no esté en la estructura de poder. Para mal de males, es grave que haya candidatos que fueron encargados de Seguridad y que en ese tiempo se hayan escapados peligros delincuentes, que sean además hasta hace poco asesores y hasta abogados de personas que aún no aclararon ni resolvieron sus responsabilidades con la Justicia.
Cómo mínimo, para no dramatizar demasiado, es evidente que la terna viene muy contaminada. Una más mancillada que los otros dos que actúan de magistrados.