Preocupa que un sector de la comunidad internacional tenga que considerar a Paraguay como un centro de distribución de drogas. Esa percepción internacional y la misma expansión del territorio de narcotraficantes tiene un efecto directo en la democracia y en el deterioro de la calidad social de la población.
Aunque hay un informe oficial de la la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) que enumera incautaciones mediante 801 operativos realizados contra el narcotráfico éste 2022, entre drogas y bienes, con perjuicio de 223 millones de dólares a los narcos, también es una realidad las constantes cargas que caen en Europa, que contradicen el buen control oficial.
Tanto esos datos del gobierno como las notas que hablan de enormes cargas que caen el Europa revelan que Paraguay es un territorio donde hay un significativo avance del narcotráfico. Eso significa que hay fronteras vulnerables y funcionarios cómplices para casi el libre tránsito de los narcos por tierras paraguayas.
Esos informes oficiales y las informaciones que vienen de Europa confirman que existe una dinámica del negocio ilícito. Antes las noticias de las agencias informativas hablaban más de Colombia, Bolivia y Brasil, hoy Paraguay es noticia por ser considerado un centro de distribución internacional.
Los narcos tienen una mirada geopolítica y en esa observación Paraguay es un lugar de privilegio. De hecho, eso permite a los narcos un dominio de una zona desde el mismo corazón de América de Sur. Es alarmante que el suelo guaraní, por corrupción pública, sea el espacio para toda clandestinidad y logística. Encima están los hechos reales de varios políticos con vínculos con los narcos e incluso las campañas políticas financiadas con dinero sucio.
Por encima de los datos auspiciosos de la SENAD, es claro que no existe una sólida política anti drogas. Tampoco se tiene un verdadero control en la financiación electoral y, para mal de males, hay una política invadida por dinero negro. Así las cosas, el narcotráfico seguirá expandiendo. Incluso con posibilidades de controlar toda la estructura social. ¿Somos extremistas?. No. Somos realistas. El mismo informe de la SENAD y los tremendos cargamentos que caen en Europa, nos concede la autoridad para expresar la preocupación que Paraguay sea, sin discusión, un centro importante del narcotráfico.
