Más que nunca se debe resolver quién o quiénes ordenaron la muerte del fiscal Marcelo Pecci. No basta con la condena a quienes son sindicados autores materiales, hoy recluidos en celdas de Colombia. Es crucial conocer el nombre o los nombres de quiénes ordenaron el crimen y que esas personas paguen sus culpas en una prisión de alta seguridad.
Acá ninguna hipótesis se debe descartar. Ninguna. Es más, todas las personas imputadas, acusadas y quienes fueron a prisión por gestión de Pecci pueden estar en la línea de la sospecha. Nadie se puede salvar de una seria investigación. Hasta las personas que estaban en línea para ser investigadas deben estar en la nómina de sospechas. Sea quien sea, y duela a quien duela.
Por encima de la altísima corrupción que hay en Paraguay, que no es una novedad y viene de años, el hecho más doloroso en éste 2022 fue el asesinato de Marcelo Pecci. Ese fatídico 10 de mayo está en la memoria de la ciudadanía sana, que aborrece la corrupción y el crimen organizado, y cuyo dolor permanecerá todo el tiempo.
Estamos hablando de la persona que no sólo escribía editoriales contra la corrupción, o usaba el micrófono para denostar contra el mal o hacía política de presunta lucha contra el flagelo, hablamos de la persona que investigó en serio a los malandros. Por eso, se debe saber quién o quiénes dieron la orden para que las balas criminales pongan fin a su joven vida.
Consideramos que saber de los autores intelectuales y financistas de su muerte es una tarea primordial. La Embajada de los Estados Unidos así también lo interpreta, por eso sale a ofertar una millonada de dólares para ubicar a quienes planificaron el silencio de la persona que con coraje peleada contra los delincuentes organizados.
Sabemos que no es una tarea sencilla. Los criminales intelectuales, mayormente, no dejan pistas de sus fechorías. Sin embargo, confiamos que la investigación tripartita entre Paraguay, Estados Unidos y Colombia puede concluir aclarando el horrendo homicidio. Sí debemos expresar la sorpresa por el enojo que hay en cierto sector por la información compartida sobre el teléfono requisado a Hijazi. ¿Qué se teme de eso?.
El fiscal Legal, quien hoy tiene la carpeta que investigaba Pecci, declaró hace días a un medio colega que: “Marcelo se refería a la estructura que él ya investigaba y con una complejidad un poco más amplia que Hijazi mismo. Se refería a otras investigaciones que estaban abiertas y tendrían vinculación unas con otras”. Hay algo en estas declaraciones que esperamos saber, y sí en ellas hay o no alguna relación con el caso Pecci.
La lucha del fiscal Pecci contra la mafia, el lavado, la corrupción, el crimen organizado, fue la causa de su muerte. Alguien afectado por sus varias investigaciones pagó por su asesinato. La República debe saber de esos criminales y ellos deben estar en prisión, sea quien sea: Sean gobernantes o sean gobernados.
