La administración de Mario Abdo desafía la política global de los Estados Unidos. Por eso ignora el mensaje dejado por el enviado del presidente Biden. Hablamos del coordinador Anticorrupción de EE.UU., Richard Nephew, quien afirmó el valor de la rendición de cuentas como pilar en la lucha contra la corrupción. Decimos eso porque la presión del Palacio de Gobierno no cesa sobre el Consejo de la Magistratura para que los candidatos presidenciales estén en la terna por la Fiscalía General de Estado.
La mano grosera de Abdo se hace casi con el silencio de una parte de la prensa y la poca reacción de la sociedad civil. Es más, una de las figuras con experiencia y que viene de la civilidad, María Victoria Rivas, fue descalificada. Extrañamente, otros concursantes en la misma situación que ella fueron admitidos. Rivas usó su Twitter para expresar que su descalificación «sólo pone en duda el proceso de selección y legitimidad del concurso».
Rivas habló incluso «de una gran debilidad institucional». Como reacción a su escrito, varios ciudadanos en redes sociales dijeron que «Hecha la ley, hecha la trampa», como aseguró Nicolás Chase. La activista María Roa dijo que se sacó de carrera a una de las personas más «empática con la sociedad..». Lo cierto es que si la misma sociedad civil está cuestionando el proceso de selección de terna, cuál es la confianza que habrá en el nuevo FGE, que debe gozar de la credibilidad por ser justamente representante de la sociedad civil.
En contrapartida, los candidatos de Abdo Benítez siguen en el camino para integrar la terna. Así están Carlos Arregui, René Fernández, Mónica Seifart y Cecilia Pérez, riñones del presidente de la República. También se mantiene Teresa Rojas, titular de Senabico, que según la denuncia es una abogada que nunca ejerció la profesión.
Cómo se puede observar, hay un desafío de Abdo a la política de los Estados Unidos, que considera vital la rendición de cuentas. Hace tiempo venimos preguntando, ¿Cómo los colaboradores del Abdo harán una evaluación autónoma e independiente a su Jefe? Marito es posible que no lo tenga en claro, o crea que nadie sabe su jugada, pero su conducta torcida ya está anotada en la agenda de la política de los Estados Unidos.
