Nadie sabe si es a propósito o mera casualidad, pero parece existir una obstinación en ciertos sectores de la prensa paraguaya, a la que se le unen en coro aquellos medios que carecen de agenda propia, para instalar temas absolutamente baladíes y desviar la atención de la opinión pública de asuntos mucho más trascendentales para nuestra sociedad.
Desde hace un tiempo se ha arraigado la percepción de que la función del periodismo es la de actuar como francotirador, disparando a cualquier parte sin un objetivo claro y definido. Este estilo de periodismo tiroteador es el más fácil de practicar, ya que no requiere de razonamiento ni contribuye al debate constructivo ni a la propuesta de una agenda de país. Se convierte en un mero espectáculo de ataques sin sustancia, donde la crítica se despoja de su potencial transformador.
Es innegable que la función de la prensa es la de ser un contrapoder y está en su pleno derecho y deber cuestionar a las autoridades y a quienes detentan el poder. Sin embargo, cuando la prensa se obsesiona en convertir en un único foco de discusión la presencia del presidente Santiago Peña en la sesión de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, está dándole una trascendencia desmedida a un hecho que, en el gran esquema de las cosas, es intrascendente.
Santiago Peña llegó al poder con el respaldo del Partido Colorado, cuya máxima autoridad es la Junta de Gobierno. Es lógico y esperado que un presidente que busca legitimidad y estabilidad en su gobierno procure mantener buenas relaciones con quienes dirigen el partido que lo llevó al poder. En lugar de interpretar este acto como una simple y necesaria dinámica interna, ciertos medios han decidido magnificarlo, distrayendo así la atención de los verdaderos problemas nacionales.
Es contraproducente para el país tener un partido de gobierno en constante pugna interna, donde el presidente no cuenta con el apoyo de su propio partido y termina gobernando con otros grupos, eximiendo al partido de la responsabilidad en las decisiones del gobierno. Este fenómeno ha sido una constante en administraciones anteriores, donde el Partido Colorado jugaba a ser oficialismo y oposición al mismo tiempo, resultando en consecuencias nefastas para la nación.
La carencia de ideas y de temas para el debate no debe llevarnos a convertir asuntos baladíes en el centro de la atención y la distracción de los grandes problemas nacionales. La prensa tiene un rol fundamental en la construcción de una sociedad informada y crítica, capaz de debatir y proponer soluciones a los desafíos que enfrenta el país. Sería mucho más enriquecedor, que como sociedad nos enfoquemos en los temas de verdadera importancia, aquellos que impactan directamente en la vida de los ciudadanos y en el futuro de nuestra nación.
El periodismo paraguayo ha sido gran protagonista en la transición a la democracia. Es de esperar que no pierda el rumbo en la construcción de una opinión pública sólida, crítica y promotora de un debate constructivo. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más justa, informada y comprometida con el bienestar común.