Esta semana, una joven de 18 años, oriunda de Ciudad del Este, fue detenida en el Aeropuerto Silvio Pettirosi cuando intentaba viajar a España con una carga de cocaína. Posteriormente, en la zona del Alto Paraná, fue detenido el reclutador de la joven. En declaraciones a los medios de prensa, la joven reconoció cándidamente que sabía lo que contenía la maleta que le entregaron y que había sido reclutada con la promesa de pago de 45 millones de guaraníes. Su objetivo era construir una casa con ese dinero, según declaró. Este hecho revela una vez más la triste realidad de muchos jóvenes atrapados en el sueño del dinero fácil y la desesperación por la falta de trabajo, pero por sobre todo, pone de manifiesto la terrible desprotección fruto de la falta de educación y prevención.
Esta es una realidad que innegablemente se siente con mayor impacto en el Alto Paraná, ya que no es el primer caso de jóvenes presas de organizaciones criminales. Desafortunadamente, dicha región de nuestro país es conocida por la presencia de bandas delictivas y una corrupción que permea todos los niveles. Estas condiciones históricamente la han convertido en escenario de innumerables casos de trata de personas y otras actividades ilícitas.
Este panorama exige una respuesta contundente y coordinada de todas las autoridades y actores sociales de la región. La Gobernación del Alto Paraná, Municipalidades del Departamento, Escuelas, Colegios, Iglesias y medios de comunicación regionales tienen una responsabilidad fundamental que cumplir en esta defensa. De forma impostergable deben implementar campañas de concienciación y educación dirigidas a los jóvenes. Estas campañas deben ser sistemáticas, contundentes y continuas, orientadas a prevenir que muchos otros sean víctimas de las promesas de «plata fácil» y caigan en las garras de las organizaciones criminales.
Además, es necesario fortalecer los mecanismos de control y protección en las comunidades más vulnerables. La prevención debe empezar desde los hogares y las escuelas, con programas que informen a los niños y jóvenes sobre los riesgos y las consecuencias del tráfico de drogas y otras actividades delictivas.
El caso mencionado no es aislado, y mientras persista la falta de oportunidades y la omnipresente influencia de las bandas criminales, seguiremos viendo repetirse estos trágicos relatos. No debemos permitir que más jóvenes vean sus vidas truncadas por decisiones desesperadas tomadas en momentos de necesidad. Es responsabilidad de toda la sociedad paraguaya proteger y guiar a nuestros jóvenes hacia un futuro seguro y prometedor.
La lucha contra la trata de personas y el narcotráfico no solo es un deber de las autoridades, sino un compromiso de todos. Es momento de reaccionar con firmeza para combatir este flagelo y construir una sociedad donde nuestros jóvenes no se vean forzados a tomar decisiones que pongan en peligro sus vidas. No debemos permitir que estos hechos sigan apareciendo en nuestras noticias. Hay que actuar con firmeza y determinación para protegerlos y garantizarles un futuro libre de la influencia del crimen organizado.