A fin de establecer la calificación crediticia de un país se debe recurrir a las denominadas “calificadoras de riesgo”. Estas sitúan a cada nación en diferente posición en una escala según los criterios técnicos que rigen la materia. Recientemente, la calificadora Standard & Poor’s ha elevado la calificación soberana del Paraguay a la categoría BB+, con lo que se encuentra a un solo peldaño de obtener el anhelado Grado de Inversión identificado con la nomenclatura BBB- .
Paraguay, con su potencial económico y recursos naturales, anhela obtener el codiciado grado de inversión y ha avanzado con miras a tal objetivo debido a la resistencia económica, la expectativa de que el crecimiento económico se mantenga sostenido y en consecuencia mitigar la presión del gasto, todo esto según lo ha observado la calificadora. Sin embargo, por otro lado se mencionan los “puntos débiles” que son por ahora un obstáculo. Así, enfrentamos desafíos críticos que deben abordarse para mejorar la calificación financiera.
En primer lugar, la debilidad institucional sigue siendo una preocupación fundamental. La transparencia incompleta, así como la percepción de corrupción obstaculizan la confianza de los inversionistas y la estabilidad económica. El sector político y las cabezas de las instituciones deberán redoblar esfuerzos para sortear este obstáculo.
Por otro lado, la calificadora ha observado que el mecanismo de transición monetaria de Paraguay es comparativamente débil en relación con otros países de la región. Fomentar políticas monetarias claras y reducir la vulnerabilidad a fluctuaciones externas será fundamental para aumentar la confianza en la moneda y la gestión económica. Aquí será el Banco Central el que deberá tomar las riendas para lograr afianzar políticas aceptadas por las calificadoras.
Además se ha hecho referencia a otro aspecto crítico, el bajo capital humano. A pesar de los esfuerzos de los últimos años, Paraguay enfrenta desafíos muy grandes en lo que respecta a educación y capacitación laboral. Calificar la mano de obra es pues la meta, ya que con esto se superarían los límites que hoy tenemos en cuanto a competitividad y capacidad de innovación. Sin duda, estas falencias afectan negativamente la atracción de inversiones a largo plazo.
Para mejorar su calificación financiera, nuestro país debe enfocarse en fortalecer sus instituciones, promover la transparencia y combatir la corrupción. Es crucial establecer políticas monetarias sólidas que aseguren la estabilidad del sistema financiero y reduzcan la vulnerabilidad a choques externos. Además, se debe invertir en educación y capacitación para desarrollar un capital humano calificado y competitivo. Fomentar la innovación y diversificar la economía también son pasos clave para atraer inversiones y estimular el crecimiento sostenible.
Paraguay tiene el potencial de alcanzar el Grado de Inversión, pero necesita abordar sus debilidades institucionales con responsabilidad, fortalecer su mecanismo monetario y mejorar su capital humano. Estos son los temas que deberían estar siendo abordados por nuestra clase política, dejando de lado las estériles luchas de poderes y egos. Es momento de exigir a nuestros legisladores dejar de lado los shows mediáticos y encarar estas problemáticas, las cuales son no más que su obligación, y así construir una economía sólida y atractiva para los inversores internacionales.