La información proporcionada por la Embajada de los Estados Unidos en Asunción indica que Richard Nephew, Coordinador de Anticorrupción, también se reunirá con actores de la sociedad organizada. En hora buena que así sea. Con ánimo de aporte, decimos que una de las patas flojas de la democracia paraguaya es justamente la ausencia de una sociedad civil organizada e influyente.
En concepto de la ciencia social, se designa como sociedad civil a la diversidad de personas que con categoría de ciudadanos, y generalmente de manera colectiva, actúan para tomar decisiones en el ámbito público fuera de las estructuras gubernamentales y de los partidos políticos. Hay grupos que reciben mucho apoyo en concepto de soporte financiero, desde hace años, pero es poco aún o casi nada todavía construyeron en pro de una sociedad más activa y que derive en una opinión pública con real capacidad de discernimiento.
La dolorosa realidad obliga ser directos, así como somos con la clase política, para decir que esperamos que la estada de Richard Nephew deje el mensaje sobre la necesidad que todas las organizaciones ciudadanas sean partícipes de la rendición de cuentas, que pasa igualmente por mostrar eficiencia en la gestión. La paupérrima democracia es consecuencia, claro que sí, de la ausencia en acciones beneficiosas de las organizaciones intermedias; sindicatos, centrales obreras, organizaciones campesinas, sociedad civil organizada.
En Paraguay, en éstos años de espacio de libertad, no se tiene una sociedad civil que aporte a la comunidad el desarrollo y fomento de la conciencia crítica y ayude al equilibrio y buen comportamiento de los poderes. En un país con alta corrupción, inflación y desigualdad no se percibe un colchón social que incomode a los gobernantes de turno. En algunos casos, al contrario, hay entidades que parecerían son cómplices de los grupos partidizados e ideologizados.
El común quiere un Paraguay mejor. El pueblo merece una Nación más justa. La democracia está llamada a ser útil a la mayoría. Por eso, el Coordinador Global Anticorrupción debe dejar el mensaje de la rendición de cuentas a las dirigencias que operan en nombre de la sociedad civil, algunas teniendo incluso años en el cargo como lo fue el mismo Stroessner. Sí la clase gobernante tiene altísima culpa de la situación actual, los puntales de las organizaciones civiles igualmente tienen su parcela de responsabilidad.