La reforma propuesta por el gobierno, la cual priva al FONACIDE de la administración del dinero para almuerzos y meriendas escolares ha causado gran repercusión. La idea consiste en la creación del Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae), y el proyecto de ley ha sido presentado el lunes por el Poder Ejecutivo. La iniciativa busca lograr la centralización y control de los recursos destinados a la adquisición y distribución de la alimentación escolar.
El FONAE, administrará de este modo los fondos destinados a la alimentación escolar, y esto colaborará en la lucha contra la corrupción y se espera que esto a su vez mejore el deficiente sistema educativo nacional. Este cambio estratégico busca que la alimentación de nuestros niños sea 100% efectiva, y al mismo tiempo eliminar los dramas de corrupción arraigados en el sistema de licitaciones para adquisición de alimentos escolares, las cuales por años han sido influenciadas por políticos con intereses en el rubro.
Niños bien alimentados son niños aptos para aprender. Por eso, la reforma representa un giro significativo al poner los recursos directamente en manos de un ente específico, el FONAE, lo que reduce la intervención de municipios y gobernaciones. Con esto, se logra centralizar la administración de estos fondos tan importantes, al tiempo de disminuir tal vez totalmente la influencia política en el manejo del dinero público destinado a un servicio tan sensible. Esperamos que el nuevo sistema brinde mayor transparencia en la gestión de fondos. Al concentrar los recursos en un solo organismo, se minimizan las oportunidades de corrupción y se establecen mecanismos más eficientes de supervisión y rendición de cuentas.
Dar prioridad y focalizar un aspecto tan fundamental como lo es sin duda la alimentación en el contexto educativo, se prioriza un aspecto fundamental para el desarrollo y bienestar de los estudiantes, y consecuentemente de nuestra nación. Garantizar una alimentación adecuada a todos nuestros niños, sin excepciones, sin excusas, y obviando los intereses políticos, no solo mejora el rendimiento académico, sino que también contribuye a reducir la desigualdad y se promueve la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación.
Debemos también considerar que esta reforma no solo debe entenderse como un cambio administrativo, sino también como un compromiso con la ética y la eficiencia en el uso de los recursos públicos. Al separar los intereses políticos y la amplia diversificación de entes ejecutores del presupuesto y gestión de la alimentación escolar, se fortalece la integridad del sistema educativo y se fomenta la confianza de la ciudadanía en las instituciones gubernamentales.
Ahora, es imperativo que esta reforma se implemente con rigurosidad y se acompañe de mecanismos efectivos de monitoreo y evaluación. La sociedad civil y los medios de comunicación deben desempeñar un papel activo en la vigilancia de la correcta aplicación de los recursos y en la denuncia de posibles irregularidades. El compromiso asumido por el gobierno es grande; la alimentación de nuestros niños es una responsabilidad para la cual se deberá estar a la altura sin evasivas.
Durante muchos años ha sido un secreto a voces el modo en que se ha manejado la famosa “merienda escolar”. Precariedades, alimentos escasos e incluso en mal estado, intereses de políticos ligados al rubro y demás. La reforma que establece el nuevo FONAE para administrar los fondos de alimentación escolar podrá representar un gran paso adelante en la lucha contra la corrupción y en la mejora del sistema educativo en Paraguay.
Esperamos que el gobierno central sepa manejar la gran responsabilidad que asume con la transparencia y la equidad que la situación amerita, teniendo como único objetivo el bienestar de los estudiantes, sentando las bases para un futuro más justo y próspero para la nación.